Hay oposición a proyecto sobre el salario mínimo

El sector privado reitera su oposición al proyecto de ley, con media sanción del Senado, que establece un ajuste anual del salario mínimo, porque será inflacionario, alcanzará a menos del 30% de la población económicamente activa y causará mayores perjuicios a los trabajadores formales.

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Al respecto, el presidente de la Cámara de Anunciantes del Paraguay (CAP), Carlos Jorge Biedermann, afirmó: “Estamos en contra de esa propuesta (de que el ajuste se haga en junio de cada año, y con el índice de inflación registrado en ese momento). Con otros gremios hemos presentado otra propuesta más posible y efectiva, que al llegar al 7% de inflación se dispare el tema de salario mínimo (actualmente la variación se realiza con 10%). De todas formas, quienes apoyen la propuesta del ajuste anual, que se hagan cargo del tema y asuman la responsabilidad de sus consecuencias”.

Biedermann añadió que lo más importante es que se baje drásticamente la evasión en el pago del salario mínimo, y que la gran mayoría de empleados sean formales, estén registrados en el IPS, y reciban por lo menos el mínimo legal. “No como hoy, que es al revés. Y claro que esto va a ser inflacionario, a pesar de lo que algunos teóricos ortodoxos opinen. A la gente hay que pagarle más no solo por la inflación, sino también por la productividad”, enfatizó.

El entrevistado destacó que el empresariado quiere que la gente gane más por su productividad, donde el que “trabaja más y mejor” tiene que ganar más. “Pero es indispensable que los empleados estén en la formalidad, porque si no, además de no tener jubilación o salud (IPS), se convierten en parte de la más miserable competencia ilegal y desleal”, aseveró.

Por su parte, el asesor económico de la CAP, Luis Saguier Blanco, advirtió también que la vinculación del salario al índice de precios al consumidor (IPC), por un lado, provoca espirales inflacionarias, ya que si aumentan los salarios, también aumentan los costes laborales y, por tanto, los precios, sin que necesariamente se haya producido un aumento de la productividad de los empleados. Por otro lado, dijo que es un sistema que “no premia” el esfuerzo ni la competitividad de los empleados. “Es decir, los trabajadores más eficientes tienen el mismo trato que los más ineficientes o menos productivos, lo cual hace a una injusticia tremenda”, aseveró.

Dijo que, además, se olvida que más del 70% de los jóvenes paraguayos que ingresan todos los años al mercado laboral no consiguen trabajo justamente por tener salarios mínimos muy altos para empleados “con bajísima capacitación”.

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