Cargando...
El subsecretario de Estado participó ayer del programa Economía y Más, de ABC Cardinal, y afirmó que para desarrollarse, el Paraguay debe “pensar hacia afuera”, combatir la pobreza y producir más y mejores alimentos. Siguiendo con su alocución, dijo en tal sentido que nuestro país es atractivo para los empresarios, por los bajos costos de la mano de obra y los incentivos para las inversiones y como ejemplo, mencionó el régimen de la maquila. A través de dicho régimen, al que se acogen las empresas que producen localmente y exportan a otros países, las compañías tienen un impuesto único de 1% sobre su facturación.
Al ser consultado sobre las críticas hacia este tipo de industrias, precisamente porque reciben un trato diferenciado pese a su bajo aporte a la economía (una industria de otro tipo paga 10% de impuesto sobre su renta), Stark respondió que esos cuestionamientos solo se dan por “desconocimiento”. Dijo que este rubro emplea gran cantidad de mano de obra, 7.000 puestos creados en los últimos años con la llegada de 90 maquiladoras, y que son trabajos “de calidad”. Acotó al respecto que en la estructura de costos de las industrias de maquila, el 40% corresponde a salarios.
Los “mejores” empleos
“Si se compara la calidad de trabajo de una maquiladora, con cualquier otra empresa, veremos objetivamente que (la industria maquiladora) es mejor; da mejores salarios, da mejores empleos”, aseguró el viceministro, y mencionó que todas las compañías de este tipo cumplen con el seguro social y otros beneficios adicionales para el trabajador, entre ellos, la capacitación, “que es algo muy valioso”. Sin embargo, economistas como César Barreto, exministro de Hacienda, sostienen que el conocimiento que brinda este tipo de compañías no es precisamente la capacitación para el desarrollo que necesita nuestro país. También, recientemente el Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguya (Cadep) presentó un documento denominado “Maquila en Paraguay, ni boom ni chash”, precisamente en alusión a que los resultados muestran que el sector se ha dinamizado, pero no lo suficiente como quiere hacer creer el “marketing” gubernamental. Por su lado, la Unión Industrial Paraguaya (UIP) no pocas veces se ha pronunciado en contra de que los incentivos a industrias maquiladoras, porque son “inversiones golondrinas” (pueden irse tan rápido como vinieron), pagan mayormente sueldo mínimo a sus empleados y su participación en el total de las exportaciones sigue siendo muy escasa, con un valor de US$ 295 millones, tras pasar de 3,2% en 2013 a 4,6% en 2016.