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El dirigente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP) señaló que este tipo de medidas son importantes “en algún momento de la economía”, cuando en el país hay un sector con muchas empresas, sobre todo pequeñas, que producen el mismo producto, como las confecciones y calzados; entonces se busca protegerlos de la competencia desleal, sobre todo del ingreso de productos chinos. “Pero cuando uno tiene un sector que es cuasi monopólico, como en los casos de varillas de hierro y cemento, yo no estoy muy de acuerdo, porque o si no vamos a empezar a poner licencias previas a todos los productos; y cuando es monopólico, es una medida altamente peligrosa, porque los precios se encarecen artificialmente”, agregó.
El caso del cemento, según dijo el industrial, se está poniendo licencia previa porque sencillamente el sector de la construcción tiene expectativas más bajas para el próximo año que los números logrados este 2016.
Acotó que hoy día, los que utilizan cemento importado son básicamente las concreteras, que lo traen para materia prima, pero este producto no se encuentra prácticamente en los depósitos de materiales, debido a que en la actualidad hay mucha oferta y los precios locales están accesibles, sin que haga falta importar.
“No” al proteccionismo
El presidente de la Cámara Paraguaya de la Construcción (Capaco) subrayó, por su parte, que hay una delgada línea entre aplicar una medida para fortalecer la industria local y el concepto de proteccionismo, “que lo único que hace es que una empresa ineficiente lo sea aún más”.
Dijo que el Estado tiene que proteger las inversiones que hace el sector privado, principalmente de empresas medianas y pequeñas. En tal sentido, está bien que se den preferencias a las firmas nacionales, toda vez que estas puedan abastecer al mercado. Sin embargo, en el caso de Acepar –arrendada por 20 años a Vetorial–, la licencia previa es contraproducente, porque la acería no produce todo lo que necesita el país y solo algunas pocas empresas, cuatro específicamente, son las que tienen la posibilidad de tener esa licencia para importar y ofrecen el producto a precios muy elevados.
En el caso del cemento, añadió, la situación es diferente, porque hay dos industrias que han invertido fuertemente, estamos hablando de Yguazú –capital brasileño y paraguayo–, y la INC, y que ambas están abasteciendo la demanda interna.
“Las licencias previas están para ir evaluando el comportamiento de la industria, en la medida que ella pueda abastecer al mercado interno. Lo que está mal es que se generalice y que todos tengan que tener licencia previa. Lo que los constructores necesitamos es que haya buen producto en el mercado, a precios razonables”, resaltó.