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El jurista ibérico compartió con la mesa directiva de la UIP el tema seguridad jurídica, aprovechando su presencia en nuestro país, donde presentó a la Corte su dictamen sobre el caso judicial relacionado con la compra de helicópteros.
Consultado si ve falencias en el Paraguay en materia de seguridad jurídica, Garzón contestó: “En todos los países hay falencias. En Paraguay, según los índices, la situación es perfectamente mejorable. Lo fundamental para cualquier empresario que viene a trabajar en un país es tener la misma tranquilidad que el sector empresarial interno y a partir de allí son todos iguales. Pero si los pactos internacionales no se cumplen, si se cambian las reglas del juego, allí faltan garantías”.
Añadió que Paraguay tiene leyes, reconocimiento internacional y convenios bilaterales que tratan acerca de las relaciones, del desarrollo económico en distintos ámbitos y, por tanto, no podemos decir que sea un país que no está desde el punto de vista legislativo en el entorno internacional. “Lo que ocurre es que no todo está en tener suscritos y ratificados esos convenios, sino en cumplirlos realmente”, remarcó.
Agregó que la seguridad jurídica de un país para la inversión nacional e internacional viene del correcto funcionamiento de las instituciones, de transmitir a los ciudadanos gobernabilidad, con instituciones democráticas firmes, independencia de poderes, de modo que quede “perfectamente definido” que no hay permeabilidad, ni predominio de un poder sobre otro. “En ese sentido, hemos estado hablando de la evolución de los instrumentos internacionales, de la posición de los organismos internacionales en torno a todo lo que es comercio justo, trabajo responsable, inversiones seguras y estándar de derechos humanos”, dijo.
Raíz de mayores males
Preguntado cómo se puede evitar en un país pequeño como el Paraguay, donde “casi todos” nos conocemos, y donde prevalecen las influencias políticas y/o económicas sobre lo jurídico, respondió: “En todo el contenido de su pregunta, ¿dónde quedan los ciudadanos? Ese es el tema. La sociedad no puede ser indiferente a los manejos políticos. Renunciar al control, a la exigencia, a la transparencia es el inicio de los mayores males. Si se dejan las manos libres a quienes nos representan como pueblo, lógicamente hay algunos que tienen tendencias al aprovechamiento y otro al servicio público. Lo importante es cambiar ese paradigma”. En cuanto al adjetivo de “país pequeño”, Garzón cree que “es mucho más fácil” cambiar las cosas que en un país más grande. “El hecho de que todos se conozcan hace que sepamos dónde están las falencias, dónde está el punto, pero hay que participar, nadie nos va a resolver los problemas si los ciudadanos no lo hacen. Alertó que tampoco resolveremos nuestros problemas si no hay información responsable, veraz, abierta; si no se garantiza que los medios de comunicación incidan, así como las redes sociales e internet. “El mundo está cambiando, la comunicación es impresionante y cada vez es menos posible ese control unidireccional, ni siquiera desde el propio poder político”, afirmó.