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Explicó que les está “prohibido” desplazarse libremente en su propio establecimiento, y en esas condiciones se ven obligados a invertir más en protección que en productividad, con lo cual la ganadería se torna insostenible en materia de beneficios.
Lamentó que la propiedad de la Ganadera Pindó sufra los rigores de la depredación, destrucción periódica de bienes y amenaza permanente de parte de invasores, que se mantienen firmes en el lugar desde hace cinco años gracias a la ayuda de políticos y activistas que operan a través de soportes ideológicos.
“Estamos en pérdida porque no podemos producir por la amenaza permanente contra nuestros bienes y recursos, e incluso nuestra propia vida. Ahora, por ejemplo, no podemos iniciar los cultivos a pesar de que queríamos recuperar el tiempo perdido aprovechando el buen clima y los reportes de posible alto rendimiento, pero en estas condiciones nuestro rinde es cero”, agregó.
Con respecto al desarrollo del litigio, informó que en el contexto de un congreso apoyado por la Organización de Lucha por la Tierra (OLT), los campesinos presentaron carpetas con pedidos de expropiación, primeramente en Diputados y después en Senadores; en un principio pedían 1.000 ha para asentamiento humano, luego reclamaron 2.000 ha en el mismo lugar, y ahora exigen toda la propiedad privada, unas 4.499 ha.
“Ellos solicitan que se nos expropie también un bosque nativo que estamos preservando desde hace más de 50 años. Un bosque de esa característica no es expropiable, y mucho menos para que la tierra sea convertida en colonia”, opinó Bendlin.
Verdadera intención
“La intención de los invasores es desmantelar el área verde, supuestamente para convertirla en colonia, pero vemos que los objetivos que persigue esta gente son totalmente otros: la depredación, el abigeato y la destrucción de todos los recursos y bienes de la Ganadera Pindó”, puntualizó el empresario.