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El Paraguay está yendo hacia adelante en el desarrollo productivo mediante la integración de la ganadería con la agricultura, aseguró Luis Villasanti, titular de la ARP.
Explicó que fruto de la diversificación es la creación de confinamientos para la alimentación del ganado, con los que en ciertas zonas se busca aprovechar las ventajas del uso de granos para la terminación más eficiente de los animales.
Sin embargo, admitió que tanto para el sector público como privado quedan tareas por cumplir para la apertura de nuevos mercados que paguen mejor por la alta calidad de nuestra carne, tales como Estados Unidos, y algunos países del lejano Oriente, entre otros muy exigentes.
“A los mercados más cotizados se llega con una carne mejor trabajada, obtenida de novillos de hasta 24 meses, si es posible fruto de una hibridación de razas europeas con cebuinas, que proporcionan al producto un marmolado muy apetecido”, indicó.
Destacó que actualmente la ARP está impulsando un programa que permitirá tipificar más adecuadamente la carne paraguaya, de manera a que el tipo premium se envíe en mayor volumen a los mercados que pagan más por este tipo de productos.
Igualmente, la tipificación a que se apunta también permitirá que la carne “mediana” sea exportada a los mercados secundarios.
En ese sentido, comentó que Rusia, por ejemplo, sigue siendo un mercado muy interesante en volumen, a pesar de que actualmente ya no se envía a dicho destino carne de novillo, sino mayormente de animales del tipo “vaca”; esto es debido a la gran depresión del precio pagado por dicho país, por los factores económicos adversos que atraviesa.
En otro orden de cosas, enfatizó que otra gran meta de la ARP es impulsar un fuerte crecimiento del hato ganadero (actualmente de unas 13,5 millones de cabezas), que fue frenado en los últimos años por diversos factores, entre ellos las inundaciones y la reducción del precio del ganado.
Consultado sobre como ve en la actualidad el tema del robo de ganado, respondió que pareciera que ha aumentado y que “está peor que antes, porque lamentablemente tenemos una ley que no protege mucho al tenedor de ganado”.
Explicó que cuando cualquier productor es víctima del robo de ganado, luego se captura al supuesto actor, pero al final la Fiscalía no puede detener al sospechoso por diversos motivos, y termina sin condena.
“El abigeato creció y se convirtió en un acto popular, –una vaca no justifica la prisión de una persona, dicen–; además, la inseguridad en el campo hoy es manifiesta”, declaró Villasanti.
Enfatizó que la inseguridad en el campo perjudica más a los pequeños productores, a quienes perder un ejemplar, proporcionalmente, les causa un gran perjuicio económico, en algunos casos se trata de su sustento o de un ahorro, etc.
Con relación a las invasiones de propiedades, recordó el protocolo policial creado durante la gestión del ministro Carlos Filizzola, que impide aplicar la ley para el desalojo de invasores en forma oportuna.