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El análisis realizado por los economistas del Fondo Monetario Internacional (FMI) Hamid Faruqee y Antonio C. David, bajo el título “Por qué 2018 será un año decisivo para Paraguay”, destaca la solidez de la economía paraguaya, la posibilidad de que se revise al alza el crecimiento del PIB y que supere ligeramente 4% este año y el próximo.
A criterio de los analistas será una oportunidad para atacar muchas de las dificultades estructurales más profundas que impiden al país acelerar la convergencia en términos del ingreso con sus pares de la región.
En ese contexto, plantean que el nuevo gobierno trabaje sobre prioridades de política clave para preservar la estabilidad económica e impulsar reformas estructurales en salud y educación.
Uno de los retos a más largo plazo, señalan los economistas, es el fiscal. En ese sentido, indican que pasado el año 2018 los retos para el nuevo gobierno consistirán en afianzar el marco fiscal y las instituciones de Paraguay y en generar más ingresos tributarios.
“Parece haber llegado la hora de plantearse una reforma tributaria que amplíe la base y mantenga tasas competitivas, entre otras cosas reduciendo desgravaciones y exenciones mucho más generosas que las de los pares de la región. Eso ayudaría en temas como la progresividad tributaria y la desigualdad del ingreso”, afirman los economistas del organismo internacional.
Expresan también que la movilización de mayores ingresos será importante para atender las necesidades de gasto prioritarias del país, preservando a la vez la solidez fiscal y el bajo nivel de deuda.
Los técnicos puntualizan que el sistema tributario de Paraguay se caracteriza por bajas tasas impositivas y el uso intensivo de impuestos indirectos como impuestos sobre el valor agregado, con ingresos escasos provenientes de impuestos sobre la renta personal.
“Las tasas de los impuestos sobre el valor agregado y sobre la renta de las personas físicas y jurídicas se fijaron en un 10% uniforme en la última gran reforma tributaria, que ocurrió hace casi 15 años”, añade.
Reformas estructurales
En lo que respecta a las reformas estructurales, sostienen que un elemento central de la hoja de ruta es la promoción de las reformas plasmadas en el Plan Nacional de Desarrollo para 2014–30. “En vista del ciclo electoral, este año los esfuerzos se han centrado en las prioridades en marcha –sobre todo, la infraestructura–, y no en iniciativas nuevas”.
Cuando el nuevo gobierno asuma el poder el año entrante, será crucial reavivar el ímpetu de reforma en sectores como la salud y la educación, agregan.
Para los economistas, otro sector crítico es la reforma de las pensiones, “ya que el sistema actual, fragmentado y subfinanciado, no canaliza suficientes ahorros nacionales hacia la inversión productiva”.
Expresan que la reforma legislativa de las pensiones mejoraría la supervisión, pero sigue siendo una tarea inconclusa, y convendría que el próximo gobierno no la postergara.
“En un contexto marcado por la aceleración económica y el ciclo electoral, no cabe duda de que 2018 se perfila como un año decisivo para Paraguay”, indica finalmente.