Cargando...
CIUDAD DEL ESTE (De nuestra redacción regional). Al menos cuarenta atracaderos clandestinos estarían funcionando ilegalmente entre el barrio San Miguel de esta ciudad (a través del río Paraná) y Pikyry (por el lago de la Itaipú), según precisó el propio fiscal Manuel Rojas. Estos atracaderos estarían funcionando con la anuencia de fiscales, policías y principalmente por los agentes de la Marina, según los datos manejados.
A más de dos semanas de la intervención de cuatro atracaderos, la fiscalía no cuenta aún con la identidad de los dueños de estos puertos, por lo que se presume que no hay una intención real de combatir el flagelo del contrabando. El sugestivo allanamiento de los cuatro puertos al parecer solo fue una demostración de fuerza de los agentes fiscales, principalmente de la unidad de Marca y Erario; Marcelo de Zúñiga y Carlos Antonio Giménez.
El fiscal Manuel Rojas, uno de los agentes intervinientes en el procedimiento que derivó en la incautación de las 711 cajas de todo tipo de mercaderías, subrayó que ya existieron varias personas que solicitaron, vía incidente, al juzgado la recuperación de las cajas.
Las mercaderías fueron trasladadas a la Aduana de Asunción, donde se determinará si existió o no contrabando, previa evaluación de las mercaderías. Rojas adujo que se opondrá a la devolución de las mismas al sostener que evidentemente había intenciones de cruzar las cajas ilegalmente al territorio brasileño y que fueron requisadas como evidencias
Sin embargo, señaló que no sabe si sus colegas coincidirán con él, pero que es una postura personal suya la decisión que adoptó con relación a las mercaderías incautadas.
El fiscal Manuel Rojas sería apartado de los procedimientos referentes a los puertos clandestinos, pues el mismo supuestamente no forma parte del esquema de fiscales que cobran una jugosa suma semanal para permitir el contrabando en dicha zona.
Rojas responsabilizó directamente a los agentes de la Marina por el flujo del contrabando vía río Paraná, al explicar que los militares son como una especie de policía naval y por ende son los que deben observar lo que ocurre en el río.