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El plan original era construir la entrada y salida entre la autopista y la Transchaco, a la altura de la calle Itapúa, afectando parte del Jardín Botánico, pero eso fue rechazado de plano por la Municipalidad de la Capital. Desde entonces, la obra, que ya lleva siete meses, avanza sin tener aseguradas las conexiones en esa cabecera.
Preguntado sobre si por qué dejó que los operarios de las contratistas entraran a marcar ya con estacas el predio de la Estación si pensaba rechazar el proyecto, Wagner sostuvo que solo lo hicieron para visualizar mejor el área a ser afectada.
¿Qué harán ahora?
Según Wagner, la alternativa que los del MOPC quedaron en presentar es un proyecto de “ túnel de acceso que atraviese por debajo de la estación”, agregando que “de todas formas eso hay que analizar de vuelta desde el punto de vista de las leyes de protección patrimonial”.
El proyecto rechazado era un túnel a cielo abierto, y ahora el MOPC debe analizar si los costos le van a permitir, “pero ese ya es un problema que escapa a Fepasa. En mi opinión podría ser el túnel subterráneo, pero eso depende de la Secretaría de Cultura”, insistió.
Cuando se le preguntó por qué consultó la opinión de la Procuraduría sobre el tema (el 11 de abril pasado, según una nota que exhibió), si al final decidió solo, dijo que al no recibir respuesta se guió por el dictamen de la Dirección de Patrimonio, que dice que los rieles no son patrimonio histórico, pero sí las estaciones y su entorno paisajísticos. Además, “nuestro acuerdo con el MOPC solo marca la cesión de la franja de dominio desde la calle Itapúa hacia el este, por 6,3 km”, alegó.
“Hay que entender también que yo soy parte del Gobierno, Fepasa es una empresa del Estado, y si el Gobierno tiene la política de avanzar con el proyecto de la autopista, obviamente se debe buscar otro camino para ello; desviar la autopista, o cambiar la ley (de protección patrimonial)”, enfatizó Wagner, sembrando nuevas dudas sobre lo que puede suceder, más aún que, según admitió, los responsables “están desesperados por avanzar”.
Apuntan a 2.800 m²
Según la petición hecha por el consorcio formado por las empresas Tecnoedil (Roque Ardissone), Heisecke SA (José L. Heisecke) y Ocho A (Luis Pettengill), contratistas del tramo I de la autopista Ñu Guasu, el por ahora frustrado proyecto de mutilar el predio de la Estación Botánico iba a afectar más de 2.800 m² en el citado lugar. El titular de Fepasa, Marcelo Wagner, detalló que la contratista quería entrar hasta 13 metros desde la alambrada que da hacia la Transchaco, con una extensión por todo ese frente (tiene unos 250 metros de largo aproximadamente). Cuando nuestro diario acudió anteayer a observar el sitio, toda el área que se pretendía utilizar estaba ya demarcada con estacas y había operarios desarmando carteles publicitarios en la Estación, hacia la calle Itapúa.
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