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Sin embargo, durante siete 7 años, y después de un total de cinco licitaciones fallidas, la ANDE no pudo iniciar las obras de la central hidroeléctrica de Yguazú, siendo que en 2017 ya debía comenzar el pago por los trabajos, que en este caso estuvieron lejos de comenzar.
Además, la consultora nipona Nippon Koei Lac Co. Ltd., contratada por la ANDE para la fiscalización de los trabajos, nunca presentó un proyecto ejecutivo, pero pese a ello, la empresa estatal estuvo dispuesta a contraer millonarias obligaciones por ciertas tareas que con seguridad podrían variar sustancialmente durante la construcción, dado que la adjudicataria se encargaría de “establecer” el costo final de la obras.
Además, los precios ofertados en las licitaciones internacionales demostraron que el “anteproyecto” propuesto por la consultora japonesa Nippon Koei no era viable, por superar largamente la partida disponible, por lo que en casi 7 años solo se pudo concluir la primera etapa: “Accesos y obrador”, Lote 1, que fuera adjudicada a la empresa TR Edivisa, por US$ 3,6 millones.