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El representante legal de los Friedmann se acercó hasta el local de la Aduana para observar las bolsas de 50 kilos cada una en las que ingresaron de manera ilegal 30.000 kilos de azúcar, y que fueron decomisadas por el Departamento Técnico Aduanero de Vigilancia Especial (Detave) y la Policía de Delitos Económicos.
El operativo se realizó la semana pasada en Villa Elisa.
Las bolsas que fueron incautadas tenían la etiqueta de la azucarera Friedmann, ubicada en Iturbe, Guairá. De acuerdo con las sospechas de los intervinientes que lograron incautar esta importante carga, el azúcar transportado ingresó de contrabando desde Argentina y fue reembolsado en nuestro país.
La carga era trasladada en un camión de la marca Scania, color rojo, con doble carreta, cuya chapa figura a nombre de Efraín Oviedo Espínola, un ciudadano paraguayo que reside en Asunción. No obstante, los investigadores creen que la chapa pudo ser robada, justamente para hacer ingresar este tipo de mercadería de manera ilegal, por lo que no se puede asegurar que Oviedo Espínola tenga alguna relación con el ingreso de la misma.
La incautación del cargamento se realizó cuando el chofer del camión, al percatarse de que era seguido por agentes del Detave y la Policía, dejó abandonado el rodado en un camino vecinal en Villa Elisa.
Nadie reclama
A pesar de que el decomiso se hizo ya hace una semana, llama la atención que hasta ayer nadie se haya presentado ante la Aduana a reclamar la carga o el rodado, cuyo valor asciende a unos 250 a 300 millones, según los funcionarios del Detave.
De acuerdo con lo que establece el Código Aduanero en estos casos, la Aduana debe decidir la destrucción de la carga decomisada o darla en donación y llevar a remate el vehículo que fue utilizado para meter la carga al país.
Otra incautación
El Detave incautó ayer otros 5.000 kilos de azúcar, de origen brasileño, también ingresado ilegalmente, en la zona de San Pedro.