Expectativa por traslado de Ñacunday

Más de 500 familias son las que aguardan ansiosas su traslado a la colonia Santa Lucía, en Itakyry. Son “los carperos” de Ñacunday, que se encuentran en tierras del zar de la soja, Tranquilo Favero.

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Sobreviven desde hace dos años en medio de interminables sojales. Ocupan unas 90 hectáreas desde hace dos años, luego de 12 largos años de sobrevivir bajo las líneas de electricidad de alta tensión que cruzan las extensas plantaciones pertenecientes al Grupo Favero.

En la zona del sur del departamento de Alto Paraná ya casi no quedan colonos paraguayos. “Estamos en medio de grandes productores brasileños, que ya casi no nos dejan respirar”, lamenta Eulalio Mercado, que a sus 48 años no ve la hora de terminar con el calvario de Ñacunday.

Ya no ven la hora de alcanzar “la tierra prometida” de la colonia Santa Lucía, a unos 230 kilómetros, en el límite departamental con Canindeyú.

“Es la primera vez que un funcionario del Gobierno, como el presidente del Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert), Justo Cárdenas, se juega verdaderamente a favor de los más pobres”, afirma Tomás Apodaca León, vicepresidente de la Comisión de Sintierras de Santa Lucía de Ñacunday.

“Aquí sobrevivimos mediante la solidaridad entre todos los sintierras”, dijo.

Por su parte, don Antonio Ortigoza Bordón, de 81 años, manifiesta emocionado que, “aparentemente la larga lucha por la tierra está por dar sus frutos”, con las tierras de Itakyry.

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