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Sobre el punto, el presidente de AIDA, Esteban Morábito, acotó que el sector ha denunciado esa situación a través de nuestro diario. “Sin embargo, nadie nos ha hecho caso y nadie lo está mencionando ahora. No decimos que los productores de cerdo y curtidurías no contaminan, pero lo que produce el alga es el tripolifosfato, que es un alimento de las plantas”, destacó.
Doutreleau agregó que ha escuchado a un representante de una multinacional asegurar que el problema del lago es la agricultura de la zona. “Esa es una falacia, porque todos los fertilizantes que utiliza la producción agrícola son absorbidos totalmente por los cultivos en su proceso de crecimiento, ni un gramo va al lago, porque se utiliza la cantidad justa. Además, ningún productor agrícola está dispuesto a utilizar más de lo debido, porque la actividad se le volvería antieconómica”, dijo.
Advertencia
Sobre el particular, advirtió a los intendentes de la zona de influencia del lago que exijan a los importadores de domisanitarios una compensación económica tendiente a recuperar el lago Ypacaraí. “Cabe recordar que estos importadores han usado y abusado de chicanas judiciales para no cumplir con las disposiciones que tenían por objetivo evitar que se siga contaminando como hace 15 años, donde en poco tiempo más va a ser imposible habitar”, aseveró.
Acciones judiciales
En ese mismo contexto, llama la atención de Morábito la “sistemática resistencia” en los estrados judiciales, por parte de los importadores, a cumplir todas las disposiciones, decretos, resoluciones y últimamente la ley que desde el Gobierno se han emitido, en detrimento del lago Ypacaraí. “Además, ahora nos llama poderosamente la atención que la situación del lago no se vincule al uso de fosfatos en los detergentes y jabones que la población utiliza masivamente en toda la zona de influencia del lago, donde viven alrededor de dos millones de personas. Sin embargo, culpan a apenas algunas chancherías, que no son los mayores causantes del problema”, afirmó.
Negativa
En cuanto a la negativa de una transnacional a presentar certificaciones del país de origen, para demostrar que las mercaderías no contienen tripolifosfato, Doutreleau aseguró que se debe a que tanto en Argentina como en Brasil se sigue usando ese “coadyuvante”, porque no está prohibido. “En estos países aún no está prohibido el tripolifosfato de sodio, y los productos siguen conteniendo hasta un 15%, y nos están mandando lo mismo, por eso se producen todas estas incidencias judiciales”, dijo.
Violación del etiquetado
El presidente de AIDA, Esteban Morábito, lamentó asimismo el hecho de que los importadores de domisanitarios no solamente no quieren cumplir la Ley 4397/11, que prohíbe el uso del tripolifosfato de sodio, sino también violan la ley del etiquetado. Añadió que a pesar de que está vigente el segundo decreto reglamentario de dicha normativa, el actual ministro de Industria y Comercio, Diego Zavala, ni los anteriores, han hecho algo para hacerla cumplir, “lo cual es una verdadera vergüenza”. “Todo esto va en directo detrimento de las posibilidades de generación de fuentes de trabajo en el Paraguay, que es una de las razones de la existencia de la delincuencia y la emigración masiva de paraguayos”, lamentó.