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En ese sentido, Cataldo lamentó que todos los esfuerzos hechos para analizar la experiencia uruguaya no tuvieron resultado. “Teníamos un convenio con el Banco de Previsión Social (BPS) del Uruguay, que con la suspensión de Paraguay del Mercosur no pudimos llevar adelante”, sostuvo, aunque reveló que en una reciente misión empresarial de la Cámara Paraguaya de Anunciantes (CAP), entidad de la que es asesor, se reactivaron las conversaciones, pero quienes ahora no escuchan son las autoridades paraguayas. “Deberíamos conformar un grupo de trabajo, pero nuestras autoridades no escuchan”, se quejó.
Según Cataldo, lo mejor para los sistemas de seguridad social es tener un consenso entre todas las partes, principalmente entre sus legítimos dueños: empleadores y trabajadores, porque “la paradoja es que nosotros ponemos la plata y el Estado se la farrea”, afirmó.
Preguntado sobre qué influencia puede tener en el sistema uruguayo la escasa población joven, con crecimiento poblacional prácticamente cero, Cataldo contestó que eso “es crítico para cualquier sistema jubilatorio de reparto, bancado por los trabajadores activos para los pasivos. En Uruguay el Estado cubre esa diferencia con aportes, porque no tiene otra alternativa. Pero Paraguay tiene un bono demográfico enorme, pero eso no es suficiente si los jóvenes no tienen empleo formal y aportando al IPS”, expresó.
Respecto de la versión de que en Chile están “atropellando” a las Administradoras de Fondos de Pensión (AFP), manifestó: “Hay que tener cuidado con las afirmaciones y no dejarse llevar por noticias sesgadas por intereses particulares o personales. El sistema chileno es de los años 90 y hoy tiene más de US$ 170.000 millones invertidos de forma segura, altamente monitoreado por la Superintendencia de Pensiones”.
Para Cataldo, la capitalización individual es la mejor, pues cada uno recibirá en la medida en que aporte, no como ahora en el sistema de “reparto solidario” de Paraguay, “que solo ha sido solidario con los ladrones, en el que cada uno trata de aportar menos, y en los últimos años aportar más para tener mejores jubilaciones robándole al fondo, que es de todos y no es de nadie”.