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No obstante, Juan Pablo Morínigo, gerente comercial de la empresa, señaló que cada reclamo que están realizando los usuarios a través de los diferentes medios son analizados para ver si los montos aplicados corresponden a los que habían sido aprobados por el Ente Regulador de Servicios Sanitarios (Erssan).
El funcionario justificó el incremento diciendo que nuestro país es una de las naciones de la región que tiene la tarifa más baja de agua y alcantarillado. En el caso del servicio de agua elevaron la tarifa por metro cúbico de consumo de acuerdo a la categoría del usuario y del servicio de alcantarillado sanitario subieron según el consumo de agua potable (ver infografía).
Equipararon el precio de la alcantarilla uno a uno con el del agua, según explicaciones del Erssan. Por ejemplo, un usuario del microcentro que abonó en octubre G. 80.000 por el uso del agua, pasó a abonar en noviembre G. 125.000 por la misma cantidad consumida.
En el caso de la alcantarilla, el cliente pagó en octubre G. 40.000 y en noviembre G. 117.000. En conclusión, el usuario abonó unos G. 130.000 en octubre, pero en noviembre se vio obligado a pagar G. 274.000.
Numerosos usuarios se quejaron ante nuestro diario por este silencioso aumento. Calificaron de excesivo y como un castigo a la legalidad, porque la aguatera pierde la mitad del agua tratada a causa de caños rotos y conexiones irregularidades y/o clandestinas, según sus propios datos.
Al respecto, el gerente comercial de la Essap aseguró que están realizando por lo menos 1.200 verificaciones de conexiones clandestinas o irregulares al mes, pero no dan abasto.
Además, cuando están realizando los cortes de las conexiones irregulares, a las pocas horas vuelven a reconectarse. Pocos son los que regularizan su situación, dijo.
También reconoció que hasta ahora no han logrado reducir la cantidad de caños rotos en la vía pública.
Los últimos datos dan cuenta que la aguatera registra nueve pérdidas en cada un kilómetro, pero una empresa eficiente apenas debe tener dos en cada un kilómetro de red.
Para cubrir pérdida económica
La Essap siempre fue una empresa deficitaria. Los últimos 20 años realizó inversiones millonarias en nuevas redes de agua potable y alcantarillado de mala calidad.
El año pasado registró un saldo negativo de G. 54.333 millones, según un informe de auditoría de la Contraloría General de la República (CGR) dado a conocer en agosto último.
Los auditores del ente consignaron en el informe que “no querían opinar sobre la solvencia económica de la estatal porque sus balances no fueron aprobados desde el ejercicio 2013”.
Essap es una empresa estatal que opera desde el año 2000 bajo el ropaje de una sociedad anónima. El 99% de las acciones de la aguatera pertenecen al Estado y el resto a la quebrada empresa Ferrocarriles del Paraguay SA (Fepasa). Antes del año 2000 se denominada Corporación de Obras Sanitarias (Corposana).