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Si se inundan las calles de agua potable es porque hasta ahora la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap) no está encarando los problemas de fondo, que son: la excesiva presión que está aplicando sobre las cañerías desde los centros de distribución y la baja calidad de los materiales que está utilizando en la reparación de las tuberías averiadas.
Es la explicación que dieron a nuestro diario antiguos funcionarios de la empresa del Estado que prefirieron mantener en reserva su identidad por temor a represalias.
Pusieron de ejemplo la zona de la avenida Mariscal López, donde casi nunca se ven pérdidas de agua potable en la vía pública. Las tuberías fueron colocadas hace unos 35 años, por lo que se descarta de que las roturas se deban a la antigüedad de la red, así como siempre argumenta el titular de la empresa, Osmar Ludovico Sarubbi Gamarra, dijeron. También mencionaron que los materiales proveídos por las contratistas son de baja calidad. Por esto se vuelven a romper al poco tiempo en los sitios donde se hicieron las reparaciones.
Miguel Quinto, gerente de redes de la aguatera, consultado al respecto, explicó a nuestro diario que el sistema de cañerías de distribución de la avenida Mariscal López es de hierro, por lo que no se rompen.
En cuanto a la calidad de los materiales usados en la reparación de las cañerías rotas, señaló que “las redes que no son de hierro están bastante deterioradas por lo que se rompen con facilidad”. “Queremos ser más exigentes en las licitaciones de este año. Vamos a pedir que se hagan pruebas laboratoriales a cada grupo de materiales que nos vayan entregando las proveedoras”, expresó.
G. 15 millones
En la página web de la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP) figura que el año pasado la empresa del Estado destinó G. 15.000 millones a la adquisición de materiales de todo tipo. Algunos materiales son para realizar nuevas conexiones, según el gerente de redes de la Essap, pero la mayoría, de acuerdo a las características de los mismos, para reparar caños rotos.
Una de las empresas adjudicadas es la misma que proveyó más de 7.000 “manguitos” a la Essap entre el 2012 y 2013, suficientes como para más de 200 años. El material se emplea unos 30 o 40 al año para reparar caños rotos. El caso fue denunciado ante la fiscalía por el actual titular de la estatal. La proveedora fue la firma Imperplast Ingeniería, representada por Óscar Pando, Nelson Benítez y César Benítez. De esta empresa Essap adquirió insumos por valor de G. 6.200 millones.
Cuando Sarubbi hizo la denuncia ante el Ministerio Público en 2013 fue contra empresas innominadas. Nunca se supo de imputados en la causa. El daño patrimonial contra la Essap, según Sarubbi Gamarra, trepaba a G. 2.000 millones.
US$ 30 millones
La pérdida económica de la Essap, propiedad del Estado que funciona bajo el ropaje de Sociedad Anónima, a causa de caños rotos significan al año unos US$ 30 millones, según las informaciones proporcionadas por sus mismos funcionarios. Esto porque, entre otras cosas, el 50% del agua tratada se deja de facturar a raíz del problema en las cañerías.