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MARIANO ROQUE ALONSO (Rocío Portillo, corresponsal). Luego de la construcción del viaducto en esta localidad y en la ciudad de Limpio, los encargados de la megaobra, los del Consorcio C-R, integrado por las empresas CDD Construcciones y Benito Roggio e Hijos SA, con una inversión de G. 183.000 millones, se olvidaron de la construcción de banquinas, colocación de casetas para la espera de ómnibus, por lo que mientras tanto los pobladores deben esperar donde puedan para resguardarse, ya de la lluvia o el sol. Además hay una nula iluminación vial.
Cada día a temprana horas del día, cientos de personas deben salir en la Ruta 3 Gral. Elizardo Aquino y la Transchaco para poder abordar un colectivo que los lleve a sus lugares de trabajo. Lo deben hacer exponiendo sus vidas por el costado del viaducto bajo una casi total oscuridad para poder llegar a una parada improvisada, con un cartel que reza irónicamente: “Precaución, peligro”.
En esas condiciones, las personas se colocan donde pueden, a un costado de la ruta para tomar los buses. Además, la mayoría de los colectivos pasan sobre el viaducto, dejando de lado a cientos de personas en las paradas.
En todo el trayecto tampoco existe iluminación vial, ni mucho menos señalizaciones que indiquen dónde se sigue aún en obras.
Según el superintendente de Obras del consorcio DR, Ing. Fernando Antona, las personas deben esperar en las calles colectoras donde existan veredas, pues por ahí deben pasar obligatoriamente los colectivos, y que ahora que van terminando las obras viales, trabajarán con las municipalidades para fijar las paradas obligatorias. Según Antona, se está preparando el proyecto para la iluminación vial en todo ese tramo, pero que ahora fueron fijadas lumínicas en los puntos críticos, como los arroyos Itay y Damián, y frente al Abasto Norte.