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Rocío Segovia, responsable de uno de estos puestos de giros, resaltó el servicio que brindan a los pobladores, destacando que lo utilizan funcionarios públicos, ganaderos, comerciantes, estudiantes y hasta beneficiarios de programas sociales para la tercera edad o y Tekoporã.
Comentó, igualmente, que muchos padres de familia pueden mediante esta modalidad hacer pequeñas remesas de dinero a sus hijos que estudian alguna carrera universitaria en la capital del país o en otros departamentos.
En varias ocasiones se dieron situaciones en las que llegaron personas desde otros puntos del país para realizar algún tipo de negocio, y al no poder utilizar sus tarjetas de crédito o de débito por la falta de bancos y cajeros no tuvieron otra opción que requerir a sus familiares el envío de dinero por medio de este sistema.
Un retroceso
Por su parte, Ramón García, poblador de la lejana comunidad de Bahía Negra, dijo que si se elimina el sistema actual sería un verdadero retroceso para esta y varias comunidades del departamento, que constantemente se encuentran aisladas y abandonadas.
Agregó que mediante este medio pueden enviar dinero a sus familiares que se encuentran en la capital del país, además de efectuar otros pagos, atendiendo que el sistema es rápido y seguro. “Antiguamente, cuando no existía este sistema, teníamos que enviar por medio de encomiendas, que tardaban varios días, incluso con el riesgo de que se extravíen”, dijo.
Se estima que el monto de dinero que se gira en forma mensual a través de las telefónicas en todo el departamento orilla los G. 1.000 millones.
Este tipo de servicio existe en casi todas las comunidades de la zona.