En Aña Cua se corre riesgo de repetir errores del pasado, según advierten

Asumir compromisos internacionales requiere que la casa esté en orden para que tenga mayores posibilidades de éxito, afirma el doctor Luis Fretes Carreras, exembajador paraguayo y profesor investigador asociado del Centro de Estudos Internacionais de Lisboa, Portugal.

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Para que tenga mayores posibilidades de éxito, un emprendimiento como la construcción de la central hidroeléctrica sobre el brazo Aña Cua, para ampliar la capacidad de producción de Yacyretá, requiere de un amplio consenso, de lo contrario, se estarían repitiendo errores del pasado que llevaron a este emprendimiento a ser conocido como un “Monumento a la corrupción”, afirma el profesor Dr. Luis Fretes Carreras, investigador asociado del Centro de Estudos Internacionais del Instituto Universitário de Lisboa y exembajador en Portugal.

–¿Cómo ve la situación actual en la Entidad Binacional Yacyretá y la decisión de llevar adelante una nueva obra como es Aña Cua?

–La empresa binacional Yacyretá es una entidad que a pesar de estar en funcionamiento aún debe ordenar su organización administrativa y financiera para estar acorde a lo dispuesto en el Tratado constitutivo. Esta es una tarea pendiente de larga data, que se superpone con hechos graves de corrupción que han limitado su capacidad operativa y aumentado costos financieros. Cabe destacar que sucesivos gobiernos de ambas naciones han buscado determinar el monto de las deudas existentes, mejorar la organización para garantizar la paridad de gestión y luego de “ordenada la casa”, desarrollar obras que mejoren la capacidad productiva de la represa hidroeléctrica. Con relación al ordenamiento financiero y administrativo, las tareas están pendientes y requieren del concurso necesario de las máximas autoridades políticas y administrativas de ambas naciones; en el caso del Paraguay, de la Presidencia de la República y del Congreso Nacional.

Las obras para la construcción de una central de máquinas para el aprovechamiento hidroeléctrico en el vertedero de Yacyretá existente en el brazo Aña Cua del río Paraná son una iniciativa binacional de gran envergadura que compromete las prioridades y estrategias de desarrollo social y económico de cada Estado parte, que a su vez significa asumir deudas significativas y movilizar importantes recursos financieros tanto de Paraguay como de Argentina.

–¿Considera prudente que un gobierno que está en el último año de su mandato realice este tipo de acuerdos y emprendimientos?

–La prudencia de gestión política no se puede medir por el periodo que atraviesa un gobierno, no importa si los acuerdos se realizan en el primero o el último año de mandato, sino en la pertinencia de la decisión –en el sentido que defiende los intereses nacionales o promueve mejores prácticas y del consenso político amplio que acumule la decisión–, esto se refiere a que si se tiene el suficiente apoyo de las fuerzas políticas y sociales que componen el espectro de la nación. Asumir estos compromisos internacionales requiere que la casa esté en orden para que tenga mayores posibilidades de éxito. Caso contrario permitiría repetir errores del pasado que facilitaron la concesión de privilegios que generaron hechos de corrupción perjudicando la naturaleza de la obra y los intereses genuinos de las naciones a tal punto que le valieron el título de “Monumento a la corrupción”.

–¿Se puede decir que esto atentaría contra los principios de buen gobierno?

–Más que atentar contra el buen gobierno, una decisión sin consulta y sin apoyo amplio en un tema tan sensible condiciona la capacidad del Estado para promover el desarrollo de la sociedad y el efecto no se limita a la mala gestión de un gobierno, sino a los efectos negativos que perdurarán en las generaciones venideras, producto de decisiones desacertadas. Resulta así necesario debatir y reflexionar de manera pública si la construcción de esta obra es pertinente y oportuna para las demandas de nuestro país, así como también se hace necesario establecer con precisión a qué necesidades va a responder y si es una acción estratégica que permitirá fortalecer e impulsar el desarrollo socio-económico de nuestra sociedad.

–¿Y qué pasaría si el próximo gobierno es de otro signo político o no está de acuerdo con la obra que ya se está licitando?

–No puedo adivinar lo que un próximo gobierno pueda hacer respecto a esta obra en caso de que se desarrolle, pero sí es posible decir que los gobiernos responsables que están terminando sus mandatos pueden desarrollar proyectos pero que iniciar su ejecución puede ser desconocido por la siguiente administración. Como ejemplos prácticos podemos recordar los casos de las obras de infraestructuras que fueron alteradas y modificadas por el gobierno del presidente Cartes desde el inicio de su mandato o en la experiencia internacional, el caso del Gobierno Trump, que ha alterado muchas iniciativas de la administración Obama. Otro dato relevante es que la iniciativa de la construcción de Aña Cua era también urgente en el periodo de la presidenta Cristina Fernández y ella no inició este proceso a sabiendas de que su periodo se estaba agotando.

–Entonces, ¿cómo podría salvarse esta situación?

–Lo grave de esta obra es que involucra a dos Estados, donde uno de ellos detenta una relación asimétrica con el otro, es decir, que no es una relación de iguales y, por lo tanto, obliga a tener el máximo apoyo y consenso en la toma de estas decisiones. En este contexto, considero que la ampliación de la capacidad productiva de la hidroeléctrica Yacyretá responde a la necesidad que tiene nuestro socio, la República Argentina, de incrementar la producción hidroeléctrica para satisfacer la demanda energética de su mercado interno. En tanto que nuestro mercado aún tiene sobradas reservas para utilizar de la producción de sus hidroeléctricas en funcionamiento. La necesidad de Argentina condiciona la aceleración de la construcción de la citada obra pública y, por lo tanto, la primera conclusión es que nuestro gobierno actúa en respuesta y función del interés concreto de nuestro socio antes que de una demanda genuina o interés específico de nuestro país. Sin embargo, a pesar de no ser una demanda paraguaya, la asociación estratégica en Yacyretá contiene un componente de solidaridad y cooperación con nuestro socio argentino que no debe soslayarse ni perderse de vista. Por ello, en el marco de las relaciones de cooperación para el desarrollo conjunto, se debe tener en cuenta el aporte valioso que realizará nuestro Estado en comprometer sus recursos con esta obra pública. Y esta ecuación debe formar parte de nuestra política externa.

ccantero@abc.com.py

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