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Si nos enfocamos sobre la cantidad de KWh contratada en abril, encontraremos que a la empresa eléctrica estatal le faltó poco para prescindir de Yacyretá y dejarle casi todo al sistema eléctrico argentino.
Si la comparación la hacemos con enero pasado, mes en que parecía que la tendencia de contrataciones de la ANDE en Yacyretá iba a cambiar, descubriremos que la misma se precipitó en un 80,06%.
Según las publicaciones mensuales del portal argentino de la entidad binacional, en abril pasado, el complejo hidroeléctrico Yacyretá suministró al Sistema Interconectado Nacional 20.600 MWh (1 MWh = 1.000 KWh), contra 1.724.768 MWh que inyectó al SADI, el sistema interconectado del vecino país (98,82%).
A la sombra de estas anotaciones periódicas, empero, se esconden injustificables e inclusive inexplicables contradicciones.
La primera, por qué razón la eléctrica estatal está invirtiendo US$ 140 millones en el tendido de una línea de 500 kV si el aprovechamiento paraguayo de la energía de Yacyretá cae en picado desde abril del año pasado.
Si pretenden instalar que el negocio de nuestro país radica en la “exportación” de su electricidad, al menos en el caso argentino, debería explicarse por qué estos siguen atrasando sus pagos por de “compensación” de energía al Paraguay.
Esta “compensación” es apenas una cuotita, inclusive de la suma que establece el Anexo C aún vigente para el pago de este concepto.
En abril pasado, del 50% de la producción de Yacyretá que pertenece a nuestro país según el Art. XIII del Tratado, la ANDE contrató apenas del 2,36%, el 97,64 “cedió” al sistema argentino, todo para que sus organismos responsables se limiten a anotar su valor en el “Haber” de Paraguay.
Recordemos que el territorio que inunda el embalse de Yacyretá, mucho más que el 80% que reconocen oficialmente es paraguayo y menos del 20% es territorio argentino.