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Si observamos el aporte de la central Acaray para la atención del consumo del SIN, veremos que en el lapso en estudio (2016/2017) también experimentó una reducción, en este caso del 8% al 6%.
Responsables de la estatal explicaban este hecho con razones exclusivamente económicas: el nivel de sus tarifas.
En 2016, de acuerdo con el Ing. Axel Benítez (ABC Color. Suplemento Económico. Págs. 2/3), las tres fuentes de generación aportaron al sistema administrado por la ANDE 14.831 GWh (1 GWh = 1.000 MWh).
El año pasado las mismas fuentes SIN aportaron 15.576,5 GWh. La variación fue del 5% aproximadamente.
El Ing. Benítez simplifica la participación de estas tres fuentes en la cobertura de la demanda nacional con los siguientes datos: en 2017 la empresa estatal retiró de Itaipú el 13% de su producción, alrededor del 6% de la que genera Yacyretá, o sea 14.690,7 GWh de ambas binacionales (12,5%) que en conjunto generaron 117.215 GWh.
Completa este capítulo de la información relativa a la cobertura de la demanda nacional apuntando que, en el ejercicio precedente, la empresa eléctrica estatal retiró apenas el 12,5% de la producción de ambas centrales binacionales y que se cedió a los mercados brasileño y argentino el 37,5% de la mitad que “por derecho” pertenece.
“Para ser más claro... en 2017 hemos consumido 1/3 de la energía que nos corresponde por derecho en las binacionales. Aún disponemos de los 2/3 restantes, sobre los cuales debemos ejercer plenamente nuestra soberanía, de inmediato, salvo que se quiera mantener el statu quo ...”, insiste.
El país transita los primeros tramos del 2018 y el SINP, de la aún abundante oferta con que cuenta, está en condiciones de consumir un tercio. La pregunta que se formulan algunos técnicos del sector Energía es si en ocho años (2018/2025) podrá utilizar los 2/3 faltantes, tal como pronostican la ANDE y otros técnicos del sector. La respuesta es relevante porque de su acierto depende la correcta canalización de las inversiones.