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Finalmente, la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac) vendió el terreno de ocho hectáreas que tenía sobre la Autopista Silvio Pettirossi a la firma Siena SA, del guatemalteco Mario López Estrada, el mismo que está detrás de los emprendimientos inmobiliarios de Blue Tower, entre ellos el Paseo La Galería, que se construye sobre Aviadores y Santa Teresa.
La venta pudo concretarse en la tercera convocatoria a subasta, puesto que en las dos ocasiones anteriores los remates habían quedado desiertos por falta de oferentes.
El único interesado que se presentó ayer fue el ingeniero Walter Conrado Allende, en representación de Siena SA, y el monto con el que resultó adjudicado es G. 58.357 millones (unos 12 millones de dólares).
En el momento del remate se abonó el 10% del monto por el que se adjudicó, más los gastos del remate, la comisión del rematador y los impuestos, con un cheque de gerencia emitido por el Banco Itaú.
Siena SA es una sociedad conformada el 15 de enero de este año, según los registros, y su capital social es de apenas G. 20.000.000.
El representante de Siena, Walter Allende, que se presentó como único oferente en la subasta, es también el gerente de Paseo La Galería. Confirmó que la sociedad a la que estaba representando en ese acto está conformada también por el guatemalteco López Estrada.
Llamó la atención que no estuviera presente en el momento del remate el presidente del ente aeronáutico Luis Aguirre. El acta de adjudicación fue firmada por representantes de la comisión de subasta, integrada por funcionarios de la Dinac y del Ministerio de Hacienda.
Destino
Consultado acerca del destino que le darán a la propiedad que acaban de adquirir, Allende dijo que aún no saben qué uso darle.
“El uso todavía no lo hemos determinado exactamente. Hay que estudiar muy bien las posibilidades. Entendemos que por las dimensiones y la ubicación podría tener varios tipos de uso”, respondió.
Subasta resistida
La subasta de ayer fue muy resistida por los sindicatos, que incluso en el momento de la adjudicación se manifestaron y fueron invitados a retirarse del salón Banderas del Ministerio de Defensa, donde se desarrollaba el acto.
También los profesionales aeronáuticos se oponían, argumentando que la Dinac ni siquiera tiene una sede propia, pues sus oficinas funcionan en el Ministerio de Defensa y se deshace de un valioso inmueble en el que podrían haber edificado sus instalaciones, a solo metros del aeropuerto Silvio Pettirossi.
Sobre la subasta también pesaba la sospecha de encontrarse dirigida, puesto que inicialmente fueron incluidos requisitos que claramente podían dejar fuera a posibles oferentes. Por ejemplo, el pago de una seña del 50% del monto adjudicado y la presentación de un cheque de gerencia en el mismo acto (por un monto desconocido hasta la subasta).
Este último requisito se mantuvo, pero con un plazo de dos horas para buscar el cheque.