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Se trata de uno de los contratos firmados en 2010 sin calce presupuestario, durante la gestión de Optaciano Gómez V. como presidente de la INC. El precio era de G. 26.778 millones y preveía la “optimización y ampliación de la molienda de cal agrícola de la fábrica de Vallemí” (ver cuadro).
En este caso, además de la falta de presupuesto, la obra fue suspendida debido a que pretendían la instalación de la planta de cal agrícola en la zona de Tres Cerros (departamento de Concepción), declarada reserva natural.
Es decir, los trabajos ni siquiera fueron iniciados, pero aun así la proveedora se niega a devolver el anticipo. En conversación con ABC, el titular de Daca, Carlos Meyer, señaló que “injustamente” se afirma que su empresa tiene que reembolsar a la INC. “¿Cómo vamos a devolver una cosa que ya gastamos?”, apuntó.
Al ser preguntado en qué usaron el anticipo financiero, respondió que lo hicieron en la “confección del proyecto” y en la “limpieza del local”. “No hay nada de devolución. Nosotros gastamos más de lo que recibimos y tenemos documentados nuestros trabajos”, subrayó Meyer.
Prevé nuevo contrato
La INC planea otra licitación para ampliar la molienda de cal agrícola, proyecto que será financiado con parte de los fondos provenientes de los bonos soberanos.
El titular de Daca espera que se realice el nuevo llamado, considerando que su empresa es representante de la marca de los equipos de INC y que sería nuevamente contratada. “Probablemente vamos a ser nosotros los que hacemos (la obra)”, afirmó.
De ser así, este sería el segundo caso de contrato rescindido por INC a una firma a la que ya pagó el anticipo sin que le preste el servicio contratado. Lo peor es que la actual administración las vuelve a contratar. El primero es FL Smidth, a la que están a punto de contratar para que cambie el combustible del horno de clínker.