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Roberto Galeano, gerente de Crecimiento Humano de la compañía, explicó que el proyecto “Pescar” se adapta a la especialidad de cada empresa, ya que uno de sus principios dice “cada uno puede enseñar aquello que sabe hacer”, una idea muy básica y muy potente. Es en este sentido que dentro del Grupo Luminotecnia la formación profesional es en “Atención al cliente y Ventas”.
Requerido por qué lleva ese nombre, dijo que surge del proverbio que dice: “Dale un pescado a un hombre y comerá un día, enséñale a pescar y comerá toda la vida”. “En Pescar ofrecemos las herramientas necesarias para que los jóvenes puedan ‘pescar’ el día de mañana, queremos que nuestros egresados salgan en búsqueda de oportunidades, que sean protagonistas de sus vidas.
Dijo que va dirigido a jóvenes, mujeres y varones, que estén cursando el tercer año de la Educación Media (último año del colegio), con ganas de crecer y que estén en situación de vulnerabilidad social.
Preguntado sobre cuál es la motivación de Luminotecnia de emprender un proyecto como este, afirmó que su motivación pasa por ser coherentes con su visión: “Pasión por crecer juntos”, que afecte positivamente a toda la comunidad y, en este caso específico, quiere dar oportunidades concretas de crecimiento a jóvenes paraguayos.
En cuanto a los resultados del proyecto, comentó, por ejemplo, los egresados de 2014, al finalizar el proyecto, estuvieron solo 20 días en la búsqueda de su primer empleo. “Podemos decir con satisfacción que el día 20 de enero de este año el 100 % de nuestros egresados ya se encontraban trabajando, y el 60 % de ellos tuvieron hasta dos oportunidades laborales. Estos datos nos dan la pauta de la contundencia de este proceso educativo de 900 horas que tienen los egresados al culminar el curso.
Añadió que los primeros egresados de Pescar ya se encuentran en este momento ocupando jefaturas o puestos importantes de ventas en empresas dentro del Grupo Luminotecnia como también fuera de ella.
Una inversión de corto, mediano y largo plazos
Galeano manifestó igualmente que para la empresa apoyar la educación es una inversión a corto, mediano y largo plazos. “Lo que hoy invertimos en educación ya lo vemos al año siguiente en la gran mayoría de los casos, y en otros requiere un poco más de tiempo, ya que los procesos de transformación educativa muchas veces tiene una demora para la maduración”, explicó.
Preguntado qué puede esperar como retorno el empresariado, al invertir en educación y desarrollo social, contestó: “El retorno más inmediato que nosotros tenemos con el Proyecto Pescar es el de poder nutrir a nuestro equipo de trabajo de jóvenes que pasaron por un fuerte proceso de formación personal y profesional. Son jóvenes que marcan la diferencia, esto se ve y se siente al entrar en contacto con ellos. Nosotros no conocemos otro curso que te brinde 900 horas de formación integral y es en este sentido que tenemos un retorno muy fuerte en cuanto a la calidad de los egresados del proyecto”.
Requerido cómo motivaría a otras empresas a imitar esta idea u otras como parte de su RSE, instó a las mismas a ofrecer posibilidades de pasantías a los chicos y que puedan sentir ahí el trabajo que se hace en Pescar a través de los propios protagonistas. “Esto ya ocurrió, una empresa ofreció pasantías en sus locales a los chicos de Pescar, luego los contrataron y, finalmente, convencidos con el “producto final” decidieron montar su propia unidad del Proyecto Pescar”, subrayó.