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–¿Qué se propone o se busca con la edición de este nuevo libro sobre la Entidad Binacional Itaipú?
–El objetivo es ofrecer una síntesis de los aspectos fundamentales en materia de soberanía eléctrica, renta y desarrollo. En primer lugar, explica cuáles son las implicancias de esa soberanía, cómo defenderla, qué beneficios puede producir para el país y que esa renta sea utilizada para el desarrollo. No propone el “rentismo”, que es un mal de muchos países exportadores de energía -en general– y de petróleo, en particular. Eso es como el hijo de un rico que tiene muchas propiedades, que ofrece en alquiler, pero no quiere trabajar, y esa es la peor opción.
–¿Y cuál es la alternativa a lo que, de alguna manera, ya está ocurriendo hoy, con la cesión?
–Realmente el “rentismo” es aún peor cuando todo un país vive de eso principalmente y no se ocupa de la cuestión productiva, que es lo que hace grande a un país. Entonces, en este libro propugnamos fortalecer el sistema eléctrico nacional, que está siendo precarizado, y utilizarlo como un instrumento de desarrollo para generar empleo en cantidad y en calidad. No como viene ocurriendo hasta hoy, que los paraguayos tienen que ir a Buenos Aires o a Sao Paulo para encontrar puestos de trabajo que fueron creados en base de nuestra energía. El trabajo se tiene que encontrar aquí en el Paraguay, creados con nuestra energía.
–¿Qué es lo que los paraguayos tenemos que hacer para evitar que sigamos en este mismo vicio?
–La ciudadanía tiene que movilizarse, y ese es otro objetivo del libro. Queremos brindar en un volumen relativamente reducido las informaciones más importantes para que la ciudadanía pueda tener elementos de generación de conciencia, y en base a eso se pueda movilizar y exigir, primero a nuestras autoridades, y en segundo lugar al Brasil lo que nos corresponde por derecho.
–¿Cuáles serían los otros puntos en los que hay que insistir para lograr una exitosa revisión del Anexo C, del Tratado de Itaipú, y que esta sea favorable para el Paraguay?
–Lo que nosotros proponemos es que hay que ejercer la soberanía a través de los tratados, tanto de Itaipú como de Yacyretá, que nos permiten contratar el 100% de la potencia, y esa debería ser la propuesta del Gobierno paraguayo. Lo que pasa es que muchas veces ha habido inacción de parte de nuestras autoridades, y de allí viene que las unidades paraguayas de Yacyretá, por ejemplo, no estén solamente sincronizadas con el sistema eléctrico argentino, y allí ya tenemos un primer gran problema. Nuestra Línea de 500 kV de Ayolas-Villa Hayes no está conectada con las unidades paraguayas. También hacen falta más líneas de transmisión entre Itaipú-Villa Hayes-Yacyretá, de manera que cuando nos sentemos en la mesa de negociaciones con Brasil, tengamos los medios como para traer ese 100%, porque si nosotros decimos que vamos a usar toda la mercadería que nos corresponde, pero tenemos una carretilla para traerla, quién nos va a creer. Pero si Brasil ve que tenemos medios de gran porte para transportar nuestra energía, allí nos va a tomar en serio.
Revisión del Anexo C
El Art. VI del Anexo C establece que sus disposiciones serán revisadas después de transcurridos 50 años, a partir de la entrada en vigor del Tratado, teniendo en cuenta, entre otros conceptos, el grado de amortización de las deudas contraídas por la binacional para la construcción de la central hidroeléctrica.
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