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Ing. Porfirio Cristaldo Ayala (*)
La Argentina, por razones geopolíticas, por contrarrestar la influencia brasileña en la región que eran válidas en otras épocas (años 1960), o por los intereses de los sectores térmicos, dio prioridad a la construcción de Yacyretá, una central de menor rentabilidad que Corpus y con problemas extraordinarios, incluyendo la inundación de un inmenso y rico territorio, lamentablemente, en un 80% paraguayo.
En Yacyretá, el alto costo de indemnización de las tierras inundadas y los conflictos sociales han impedido hasta el presente concluir la obra, llenar su embalse a cota 83, y generar toda su capacidad (20.700 GWh/año). Actualmente, Yacyretá opera a cota 76, produciendo el 60% de su capacidad, y ocasionando un grave déficit presupuestario al ente binacional. La demora en la conclusión de la obra ocasiona pérdidas diarias de más de US$ 650.000, y graves conflictos sociales en la región, debido a los numerosos afectados por su embalse. Pero lo que es peor, ha puesto a la población de la zona en contra de otros proyectos hidroeléctricos.
Corpus Christi, ubicado sobre el río Paraná entre Itaipú y Yacyretá, es un proyecto de propósito múltiple, que promueve la generación eléctrica, el mejoramiento de la navegación, el desarrollo de la pesca comercial y deportiva, y el fomento del turismo y las actividades náuticas. Tiene tres alternativas de emplazamiento en estudio: Itacuá, Itacurubí y Pindo-í; cada una con sus ventajas y desventajas, aunque todas factibles y rentables. La inversión estimada es del orden de US$ 2.700 millones. La Central tendrá una potencia de 2.880 MW, una generación anual de más de 20.000 GWh, con 20 turbinas de 144 MW y 9,5 m de diámetro, salto nominal de 22,3 m. Tiene un vertedero de 28 compuertas y capacidad de evacuación de 95.000 m3/s, una esclusa de navegación de 270 m de largo por 27 m de ancho, para el paso de embarcaciones de hasta 12 pies de calado, y estructuras para la transferencia de peces. Sus características son muy parecidas a las de Yacyretá.
Pero a diferencia de Yacyretá, cuyo embalse ha inundado 92.000 hectáreas y afectado a decenas de miles de personas, Corpus, generando igual energía, inundaría como máximo 28.371 hectáreas (Itacuá) y, como mínimo, 13.966 hectáreas (Pindo-í). Además, en las alternativas de Pindo-í e Itacurubí, los territorios de Paraguay y Argentina se inundan en casi igual proporción. Por unidad de energía producida, Yacyretá inunda 6 veces más territorio que Hábeas, y requiere relocalizar a 29.700 personas. Corpus afectará a un máximo de 3.325 personas (Itacuá) y un mínimo de 1.371 personas (Pindo-í). En Yacyretá, la presa tiene 70 kilómetros, y en Corpus menos de 7 kilómetros. En Yacyretá, los costos de indemnización y reposición superan los US$ 600 millones, mientras que en Corpus están en menos de US$ 50 millones (Pindo-í). El menor costo ambiental de Corpus se evidencia también en que su embalse inunda una décima parte de Itaipú, pese a producir una cuarta parte de su energía.
Pero la ventaja más importante de Corpus está en que ha sido concebido únicamente como iniciativa privada, gracias a su elevada rentabilidad. Los gobiernos de Paraguay y Argentina decidieron realizar Corpus en un esquema de concesión de obra, sobre la base de una licitación pública internacional con el aporte exclusivo de capital privado, tanto para el financiamiento y la construcción como para la operación de la central. Para el periodo de concesión de 20 años o más, se han estimado regalías de US$ 40 millones anuales para cada país. Al finalizar la concesión, Corpus se revertirá a los estados y producirá ingresos anuales de más de US$ 600 millones para el Paraguay y la Argentina. La concesión dará al proyecto Corpus condiciones de transparencia y eficiencia inexistentes en otras obras.
En las obras de Yacyretá e Itaipú, encaradas por los gobiernos, las indecisiones políticas, los manejos oscuros y el tráfico de influencias originaron prolongados atrasos y multiplicaron los costos financieros, triplicando el costo final de las obras. Las inversiones para el desarrollo de los proyectos además han ejercido una enorme presión sobre la deuda, el equilibrio presupuestario y la capacidad financiera del sector público de los países, transfiriendo a obras de infraestructura fondos indispensables para atender necesidades básicas de la salud y educación. Y, lo que es peor, han dejado al Paraguay en una situación desventajosa ante los principales tenedores de la deuda de las centrales binacionales (Brasil y Argentina).
Corpus es un proyecto trinacional, dado que requiere el esfuerzo conjunto de tres países: Paraguay, Argentina y Brasil. Los dos primeros suministrarán el recurso natural y el último el mercado consumidor. En Corpus se hará realidad el libre flujo de bienes, servicios, capitales y energía en el Mercosur. En el año 2010, cuando Corpus esté en plena operación comercial, el mercado eléctrico brasileño precisará la incorporación de cerca de 4.000 MW de nueva generación por año. Brasil es fundamental para Corpus, dado que sin un mercado garantizado por un contrato de compra de largo plazo (Power Purchase Agreement) no será posible financiar el mismo. Y Corpus también es fundamental para el Brasil.
Itaipú ha invertido cerca de US$ 180 millones en la instalación de dos turbinas adicionales de 700 MW cada una, completando 20 turbinas y elevando su capacidad instalada de 12.600 MW a 14.000 MW. Ambas unidades adicionales estarán operativas a mediados del 2004. No obstante, las 20 turbinas nunca podrán operar simultáneamente debido a un acuerdo tripartito firmado por Paraguay, Brasil y Argentina, que impide a Itaipú operar más de 18 unidades, a los efectos de evitar la erosión de las costas y problemas a la navegación aguas abajo de la presa. Itaipú aumentará su generación con las dos nuevas unidades, pero solo marginalmente (400 MW medios), al evitar unidades paradas en mantenimiento. Corpus podría cambiar esta historia.
En efecto, con la construcción de Corpus, aguas debajo de Itaipú, en lugar del río se tendría un inmenso lago: el embalse de Corpus, que si bien reduciría ligeramente el salto de la central y su potencia, actuaría de compensador de Itaipú. Mediante el embalse compensador de Corpus, la Central Itaipú podría generar durante las horas pico con todas sus 20 turbinas. La construcción de Corpus tendría como resultado posible el de incrementar la capacidad de Paraguay y Brasil en Itaipú en 1.400 MW, igual a la potencia de una central de gran porte (la mitad de Corpus) y elevado costo.
Corpus es un proyecto ganador por donde se lo mire. Los gobiernos, sin inversión alguna, optimizarían la operación del río Paraná desde Itaipú a Yacyretá (Brasil ha optimizado todo el río Paraná y sus afluentes aguas arriba de Itaipú, con la construcción de 46 presas). Corpus reactivaría las deprimidas economías de Paraguay y la provincia de Misiones (los pobladores, pese al plebiscito de 1996 en contra de Corpus, han demostrado en los últimos tiempos gran interés en iniciar su construcción) creando numerosos empleos directos (8.000) e indirectos, así como un tremendo efecto multiplicador en el crecimiento (1% del PIB). Durante al menos 5 años, la economía de ambos países recibiría un fuerte avance, desde la industria de la construcción hasta la metalúrgica y los servicios.
Paraguay tendría a su vez formidables beneficios adicionales con la construcción de Corpus. Entre ellos está el de facilitar la construcción del Interconector (Itaipú-Yacyretá) de 2 líneas de 500 kV, para la interconexión de las turbinas paraguayas de Itaipú con la central Yacyretá, y, más tarde con la central de Corpus. Paraguay interconectaría así los sistemas de Argentina y Brasil, podría utilizar libremente la energía de Yacyretá (sin necesidad de separar máquinas), y, sobre todo, dar el primer paso para constituirse en el corredor energético del Mercosur. Impulsar Corpus debería ser una absoluta prioridad del gobierno paraguayo.
(*) Especialista del sector eléctrico.
En Yacyretá, el alto costo de indemnización de las tierras inundadas y los conflictos sociales han impedido hasta el presente concluir la obra, llenar su embalse a cota 83, y generar toda su capacidad (20.700 GWh/año). Actualmente, Yacyretá opera a cota 76, produciendo el 60% de su capacidad, y ocasionando un grave déficit presupuestario al ente binacional. La demora en la conclusión de la obra ocasiona pérdidas diarias de más de US$ 650.000, y graves conflictos sociales en la región, debido a los numerosos afectados por su embalse. Pero lo que es peor, ha puesto a la población de la zona en contra de otros proyectos hidroeléctricos.
Corpus Christi, ubicado sobre el río Paraná entre Itaipú y Yacyretá, es un proyecto de propósito múltiple, que promueve la generación eléctrica, el mejoramiento de la navegación, el desarrollo de la pesca comercial y deportiva, y el fomento del turismo y las actividades náuticas. Tiene tres alternativas de emplazamiento en estudio: Itacuá, Itacurubí y Pindo-í; cada una con sus ventajas y desventajas, aunque todas factibles y rentables. La inversión estimada es del orden de US$ 2.700 millones. La Central tendrá una potencia de 2.880 MW, una generación anual de más de 20.000 GWh, con 20 turbinas de 144 MW y 9,5 m de diámetro, salto nominal de 22,3 m. Tiene un vertedero de 28 compuertas y capacidad de evacuación de 95.000 m3/s, una esclusa de navegación de 270 m de largo por 27 m de ancho, para el paso de embarcaciones de hasta 12 pies de calado, y estructuras para la transferencia de peces. Sus características son muy parecidas a las de Yacyretá.
Pero la ventaja más importante de Corpus está en que ha sido concebido únicamente como iniciativa privada, gracias a su elevada rentabilidad. Los gobiernos de Paraguay y Argentina decidieron realizar Corpus en un esquema de concesión de obra, sobre la base de una licitación pública internacional con el aporte exclusivo de capital privado, tanto para el financiamiento y la construcción como para la operación de la central. Para el periodo de concesión de 20 años o más, se han estimado regalías de US$ 40 millones anuales para cada país. Al finalizar la concesión, Corpus se revertirá a los estados y producirá ingresos anuales de más de US$ 600 millones para el Paraguay y la Argentina. La concesión dará al proyecto Corpus condiciones de transparencia y eficiencia inexistentes en otras obras.
En las obras de Yacyretá e Itaipú, encaradas por los gobiernos, las indecisiones políticas, los manejos oscuros y el tráfico de influencias originaron prolongados atrasos y multiplicaron los costos financieros, triplicando el costo final de las obras. Las inversiones para el desarrollo de los proyectos además han ejercido una enorme presión sobre la deuda, el equilibrio presupuestario y la capacidad financiera del sector público de los países, transfiriendo a obras de infraestructura fondos indispensables para atender necesidades básicas de la salud y educación. Y, lo que es peor, han dejado al Paraguay en una situación desventajosa ante los principales tenedores de la deuda de las centrales binacionales (Brasil y Argentina).
Corpus es un proyecto trinacional, dado que requiere el esfuerzo conjunto de tres países: Paraguay, Argentina y Brasil. Los dos primeros suministrarán el recurso natural y el último el mercado consumidor. En Corpus se hará realidad el libre flujo de bienes, servicios, capitales y energía en el Mercosur. En el año 2010, cuando Corpus esté en plena operación comercial, el mercado eléctrico brasileño precisará la incorporación de cerca de 4.000 MW de nueva generación por año. Brasil es fundamental para Corpus, dado que sin un mercado garantizado por un contrato de compra de largo plazo (Power Purchase Agreement) no será posible financiar el mismo. Y Corpus también es fundamental para el Brasil.
Itaipú ha invertido cerca de US$ 180 millones en la instalación de dos turbinas adicionales de 700 MW cada una, completando 20 turbinas y elevando su capacidad instalada de 12.600 MW a 14.000 MW. Ambas unidades adicionales estarán operativas a mediados del 2004. No obstante, las 20 turbinas nunca podrán operar simultáneamente debido a un acuerdo tripartito firmado por Paraguay, Brasil y Argentina, que impide a Itaipú operar más de 18 unidades, a los efectos de evitar la erosión de las costas y problemas a la navegación aguas abajo de la presa. Itaipú aumentará su generación con las dos nuevas unidades, pero solo marginalmente (400 MW medios), al evitar unidades paradas en mantenimiento. Corpus podría cambiar esta historia.
En efecto, con la construcción de Corpus, aguas debajo de Itaipú, en lugar del río se tendría un inmenso lago: el embalse de Corpus, que si bien reduciría ligeramente el salto de la central y su potencia, actuaría de compensador de Itaipú. Mediante el embalse compensador de Corpus, la Central Itaipú podría generar durante las horas pico con todas sus 20 turbinas. La construcción de Corpus tendría como resultado posible el de incrementar la capacidad de Paraguay y Brasil en Itaipú en 1.400 MW, igual a la potencia de una central de gran porte (la mitad de Corpus) y elevado costo.
Corpus es un proyecto ganador por donde se lo mire. Los gobiernos, sin inversión alguna, optimizarían la operación del río Paraná desde Itaipú a Yacyretá (Brasil ha optimizado todo el río Paraná y sus afluentes aguas arriba de Itaipú, con la construcción de 46 presas). Corpus reactivaría las deprimidas economías de Paraguay y la provincia de Misiones (los pobladores, pese al plebiscito de 1996 en contra de Corpus, han demostrado en los últimos tiempos gran interés en iniciar su construcción) creando numerosos empleos directos (8.000) e indirectos, así como un tremendo efecto multiplicador en el crecimiento (1% del PIB). Durante al menos 5 años, la economía de ambos países recibiría un fuerte avance, desde la industria de la construcción hasta la metalúrgica y los servicios.
Paraguay tendría a su vez formidables beneficios adicionales con la construcción de Corpus. Entre ellos está el de facilitar la construcción del Interconector (Itaipú-Yacyretá) de 2 líneas de 500 kV, para la interconexión de las turbinas paraguayas de Itaipú con la central Yacyretá, y, más tarde con la central de Corpus. Paraguay interconectaría así los sistemas de Argentina y Brasil, podría utilizar libremente la energía de Yacyretá (sin necesidad de separar máquinas), y, sobre todo, dar el primer paso para constituirse en el corredor energético del Mercosur. Impulsar Corpus debería ser una absoluta prioridad del gobierno paraguayo.
(*) Especialista del sector eléctrico.