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Sin embargo, sigue demorándose la concreción de rutas vitales, como el caso de la Ruta XIII, cuya planificación se inició hace 22 años y cuya terminación estaba prevista para noviembre de 2011.Actualmente, ante el incremento del parque automotor y el crecimiento de la producción primaria de nuestro país, la red de caminos asfaltados y mejorados (o de todo tiempo) resulta insuficiente, razón por la cual urge la necesidad de mejorar nuevos tramos.
Sin embargo, sigue demorándose la concreción de obras vitales para los productores, como la Ruta XIII, tramo Caaguazú-Yhú-Vaquería, de 64,2 km, en cuya zona de influencia viven y trabajan unas 400.000 personas. Además hay proyectos de inversión por más de US$ 36.000.000. Su planificación se inició hace 22 años.
Esta ruta fue adjudicada por el MOPC al consorcio Cotafel, conformado por la constructora Coinco SRL, en el que figura como representante técnico el Arq. Manuel Sarquis, Tape Guaraní SA y la Constructora Feldmann SA, cuyo representante técnico es Sigfredo Feldmann, tras haber ganado la licitación pública de ambos tramos.
El tramo I, de 34,6 km, fue adjudicado por G. 96.000 millones, y el II, de 36,43 km, por G. 69.000 millones, que redondearían unos US$ 40 millones. El contrato se firmó el 27 de noviembre de 2009 y en el mismo establece un plazo de ejecución de 36 meses, o sea que esta ruta debió concluirse el 27 de noviembre de 2011.
La orden de inicio fue dada en enero del 2010 y el MOPC pagó casi US$ 6.000.000 en concepto de anticipo; no obstante, según representantes de las fuerzas vivas de la zona, el MOPC habría desembolsado US$ 15.000.000, incluyendo los certificados de obras por "trabajos ejecutados", dato que el ministerio no quiso confirmar.
Finalmente, casi cumplido el plazo de entrega y como los trabajos no llegaron al 30% de ejecución, el MOPC resolvió rescindir el contrato, pero hasta el momento su ejecución se encuentra paralizada. El grupo adjudicatario, por otra parte, solo dejó un tendal de acreedores, entre proveedores de Caaguazú, Yhú y Vaquería, incluidos más de 200 obreros que reclaman sus salarios.
Quien le pone el cascabel al...
Según el MOPC, habría negociaciones para transferir los trabajos a uno o más empresas que precalificaron en la licitación de la obra, empero la pregunta del millón es: ¿Qué proezas deberán realizar las empresas que asuman el compromiso de ejecutar los trabajos con el fondo que quedan, ya que debe restarse del mismo el importe del 15% que ya fue pagado a Cotafel en concepto anticipo y certificados de obras "por trabajos realizados"?
Se entiende que si los precios ni el proyecto ejecutivo de Ruta XIII no se podían modificar para que se reanuden los trabajos y para que el MOPC no repita el mismo error, debería conseguirse que la obra se vuelva rentable.
Esto explicaría por qué en estos momentos los técnicos de la institución estudian la posibilidad de modificar el proyecto ejecutivo licitado (incluido el tramo I y el tramos II), que en la práctica podría disparar los costos. De todos modos, lo lógico es que esas modificaciones sirvan para mejorar la obra y no para restarle calidad, que es lo que se teme.
Sin embargo, sigue demorándose la concreción de obras vitales para los productores, como la Ruta XIII, tramo Caaguazú-Yhú-Vaquería, de 64,2 km, en cuya zona de influencia viven y trabajan unas 400.000 personas. Además hay proyectos de inversión por más de US$ 36.000.000. Su planificación se inició hace 22 años.
Esta ruta fue adjudicada por el MOPC al consorcio Cotafel, conformado por la constructora Coinco SRL, en el que figura como representante técnico el Arq. Manuel Sarquis, Tape Guaraní SA y la Constructora Feldmann SA, cuyo representante técnico es Sigfredo Feldmann, tras haber ganado la licitación pública de ambos tramos.
El tramo I, de 34,6 km, fue adjudicado por G. 96.000 millones, y el II, de 36,43 km, por G. 69.000 millones, que redondearían unos US$ 40 millones. El contrato se firmó el 27 de noviembre de 2009 y en el mismo establece un plazo de ejecución de 36 meses, o sea que esta ruta debió concluirse el 27 de noviembre de 2011.
La orden de inicio fue dada en enero del 2010 y el MOPC pagó casi US$ 6.000.000 en concepto de anticipo; no obstante, según representantes de las fuerzas vivas de la zona, el MOPC habría desembolsado US$ 15.000.000, incluyendo los certificados de obras por "trabajos ejecutados", dato que el ministerio no quiso confirmar.
Finalmente, casi cumplido el plazo de entrega y como los trabajos no llegaron al 30% de ejecución, el MOPC resolvió rescindir el contrato, pero hasta el momento su ejecución se encuentra paralizada. El grupo adjudicatario, por otra parte, solo dejó un tendal de acreedores, entre proveedores de Caaguazú, Yhú y Vaquería, incluidos más de 200 obreros que reclaman sus salarios.
Quien le pone el cascabel al...
Según el MOPC, habría negociaciones para transferir los trabajos a uno o más empresas que precalificaron en la licitación de la obra, empero la pregunta del millón es: ¿Qué proezas deberán realizar las empresas que asuman el compromiso de ejecutar los trabajos con el fondo que quedan, ya que debe restarse del mismo el importe del 15% que ya fue pagado a Cotafel en concepto anticipo y certificados de obras "por trabajos realizados"?
Se entiende que si los precios ni el proyecto ejecutivo de Ruta XIII no se podían modificar para que se reanuden los trabajos y para que el MOPC no repita el mismo error, debería conseguirse que la obra se vuelva rentable.
Esto explicaría por qué en estos momentos los técnicos de la institución estudian la posibilidad de modificar el proyecto ejecutivo licitado (incluido el tramo I y el tramos II), que en la práctica podría disparar los costos. De todos modos, lo lógico es que esas modificaciones sirvan para mejorar la obra y no para restarle calidad, que es lo que se teme.