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Ñu Guasu es una obra que debió concluir en marzo de 2014, pero su finalización se prevé recién para abril de 2016, dos años después. Durante los casi cuatro años de trabajos se introdujeron modificaciones en el proyecto que hicieron aumentar en un 20% el costo, porcentaje establecido como tope en la Ley de Contrataciones Públicas.
El ingeniero Ignacio Gómez, director de Vialidad del Ministerio de Obras Públicas, sostuvo ayer que las modificaciones eran absolutamente necesarias para terminar la obra, cuyo diseño hubo que prácticamente rehacer durante el desarrollo de las mismas.
El responsable del diseño fue el consorcio Oting (Otec-Ingser), representado por Julio Álvarez. Estas empresas nunca fueron sancionadas por el Ministerio.
El monto original del contrato en el tramo I, donde están los túneles, era de G. 112.799 millones, suma que subió a G. 135.000 millones. Las contratistas son Heisecke (José Luis Heisecke), Ocho A (Luis Pettengill) y Tecnoedil (Roque Ardissone).
En el tramo II los trabajos están a cargo de CIV SA (Isacio Vallejos) y M&T Construcciones (Julio Mendoza). El monto original del contrato en este tramo era de G. 85.339 millones, pero con la ampliación del 20% subió a G. 103.000 millones.
Las modificaciones
Cuando se le consultó cuáles eran esas modificaciones, el funcionario refirió que hubo problemas de cómputos y mediciones, además de modificaciones en el trazado mismo.
“El puente sobre el Avay tenía un problema de cómputo. Las cantidades no eran las que estaban en el proyecto, eran más. Además se hicieron modificaciones en el trazado mismo”, dijo Gómez.
Añadió que en la zona de los túneles hubo que introducir modificaciones que encarecieron el costo de los trabajos, porque incluso se alcanzó a tocar la vereda del Jardín Botánico.
Finalmente, se refirió a los rulos o intercambiadores cuyas deficiencias motivaron incluso que se desplace el eje de la Autopista.