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Sin embargo, tan ilustre visita –y sobre todo la posibilidad de lograr una gran inversión– no generó al parecer demasiado interés en las autoridades gubernamentales, o al menos en los responsables del ferrocarril. El único funcionario que se presentó para dar la cara fue el jefe de Personal, Alberto Centurión, quien además cumple actualmente la función de tesorero. Igualmente estuvo el encargado del museo, Guillermo Soria. Luego, ningún otro representante del Gobierno estuvo presente para recibir o acompañar al ministro Swire.
El diplomático británico se mostró maravillado por la riqueza cultural e histórica del ferrocarril. Hizo muchas preguntas sobre la historia de las máquinas y hasta sugirió que los nombres de los ingleses que figuraban dentro de los registros del museo fueran puestos en la página web, para que los descendientes que están en Gran Bretaña puedan ver. Cuando le dijeron que el ferrocarril no tiene hoy una página en internet, hasta pareció avergonzado por su sugerencia.
Swire preguntó además cuánto costaría reactivar todo el ferrocarril, desde Asunción hasta Encarnación, tratando de mantener su esencia histórica. Centurión y Soria coincidieron en responderle que una inversión de esa magnitud demandaría unos 600 millones de dólares.
Sin cobrar
Actualmente, Fepasa, que debe tener la administración del Ferrocarril, cuenta con unos 20 funcionarios. Ninguno está cobrando su sueldo al día e incluso a algunos se los adeuda desde junio pasado. El último presidente de Fepasa, Marcelo Wagner, renunció en agosto último y hasta ahora no se definió quién se hará cargo de esta empresa estatal.