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Los trabajos en la embocadura del Pilcomayo se encuentran suspendidos por las fiestas de fin de año. El 23 de diciembre se retiraron los operarios que se encontraban en el sector.
Días previos, el caudal del Pilcomayo tuvo un ligero repunte de nivel.
Esta situación obligó a instalar un muro de contención, a 900 metros de la embocadura del río, dentro del canal artificial paraguayo.
Las aguas sobrepasaron el improvisado dique y se levantó otro a siete kilómetros de la ribera.
El objetivo era evitar que las aguas entren para que el equipo vial pudiera ser ingresado en el lecho a fin de limpiar el canal.
El miércoles último, las aguas del Pilcomayo llegaron al sector en forma rauda. La altura de este afluente aumentó 5 metros según registros de la estación hidrometereológica de Misión La Paz (Argentina).
El dique no fue preparado para soportar la presión del río y el nivel de su caudal fue superando su capacidad de contención. Las aguas ingresaron en forma incontenible y en la tarde de ayer superaron 35 kilómetros de escurrimiento, dentro del territorio paraguayo.
Suspensión de trabajos
El ingreso de las aguas plantea un grave dilema: ¿qué hacer con la limpieza del canal?
Los trabajos no fueron suspendidos únicamente por las fiestas de fin de año, en realidad la maquinaria vial no puede operar en el lecho del canal porque las aguas entraron y cubren una extensión de 35 kilómetros y siguen avanzando.
En estas condiciones, la draga es la única que puede seguir operando y está previsto que las tareas se reinicien el próximo martes 2 de enero.
La draga debe remover un millón de metros cúbicos de sedimentos, en una extensión de 45 kilómetros. El plazo previsto es de 180 días.
La crecida del Pilcomayo sorprendió a la comisión nacional y al Ministerio de Obras Públicas, por eso no previeron taponar la embocadura para evitar el ingreso de las aguas.
El resultado tenemos a la vista; se contrató equipo vial para trabajar pero el lecho del canal está con agua. Imposible hacer algo.
roque@abc.com.py