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Después de que el Gobierno actual, por medio de sus ministros, invitaran al empresario Tomás Dávalos a visitar a los agricultores en situación de extrema pobreza, él decidió apoyarlos con gestión, capacitación y tecnología. “Me percaté de que el problema no era muy complicado, porque existen tierras fértiles, energía y caminos; lo único que faltaba era orden y gestión”, señaló el dueño de la cadena de supermercado Pueblo.
Visitaron el asentamiento Araujo Cue, en Curuguaty, donde están censadas 400 familias con un promedio de 11 integrantes por cada casa. Empezaron el proyecto con 20 familias y notaron que además de no haber estudios de suelo, que no se trabajaba con semillas certificadas, no conocían técnicas ni contaban con tecnologías; también faltaban educación y salud, que fueron los problemas que primeramente atacaron con gestión.
“Nos acompañaron técnicos del Ministerio de Agricultura con clases teóricas y prácticas de las mejores formas para cultivar y cosechar, y el resultado fue muy positivo. Luego de quemar la primera etapa, notamos que debíamos solucionar los problemas por factores climáticos que afectaban a la producción y pensamos en los invernaderos”, contó.
Con la instalación de la tecnología, obtienen la temperatura ideal, la humedad, el flujo necesario de rayos solares, además de estar resguardados de los insectos.
“A finales de diciembre llega la segunda partida de invernaderos que estamos trayendo con recursos propios, que financia la cadena de supermercados Pueblo. El costo de los invernaderos es de G. 50 millones cada uno”, indicó Dávalos.
El empresario manifestó que cada invernadero puede tener 1000 plantas de tomates que producen por lo menos 8 kg cada una, y se plantan dos ciclos al año. Esta tecnología se empezó a aplicar hace 90 días y en la primera semana de diciembre estarán los primeros productos, anunció.
Explicó que mientras dura el proceso, los alimentos básicos le son financiados al costo a los productores que están dentro de este proyecto. Asimismo, aclaró que un porcentaje de la producción de los agricultores se destinará a la amortización del crédito. “No se regala nada, no se les da el pescado, se les enseña a pescar; esa es la filosofía”, manifestó.
La idea es que los que trabajan con este sistema, cobren un salario y que la mitad de sus ganancias vaya para la amortización del crédito por cada invernadero. “Al plantar sus productos, ya los tienen todos vendidos. Del transporte nos ocupamos nosotros, pero vamos a armar las empresas de transporte que ellos mismos van a manejar”, comentó.
Actualmente cultivan tomate y locote, pero más adelante también trabajarán con los verdeos. La ambición es que con el tiempo, los productos se puedan exportar.
Dávalos aclaró que los productores no están atados a venderle la producción solamente a la cadena Pueblo, sino a quien paga un mejor precio. Anunció que posteriormente trabajará también con productores de otras zonas.
Invernadero escuela
La empresa también montó un invernadero en el centro de Lambaré que servirá como escuela para productores y estudiantes de colegios de la zona. “Queremos que los estudiantes puedan generar sus propios plantines de árboles para que luego planten y apadrinen”, dijo.