El colapso de la represa es un riesgo que no debe subestimarse, advierten

La foto que hoy reiteramos, cuyo video fue viralizado en las redes, vaticina la probabilidad de un colapso de la represa de Yacyretá si los responsables de la entidad (EBY) siguen violando el Tratado en lo atinente a la cota de su embalse. En esta entrevista con el Ing. Gustavo Segovia, su exjefe de Obras Complementarias, repasamos los hechos ocurridos la última semana, sus secuelas, así como el riesgo del colapso si la transgresión continúa.

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–El cambio climático es real, el sentido común nos lo prueba. El fenómeno que la gente pudo observar a través de los medios la última semana, ¿no nos dice que una obra como Yacyretá, diseñada hace casi medio siglo, está peligro?

–Sabemos, y muchos somos testigos, que en los últimos años los fenómenos climáticos adversos aumentaron considerablemente, no solo en la ocurrencia, sino también en la magnitud o intensidad y, lógicamente, en sus efectos. Por lo tanto, especialmente en los proyectos de gran envergadura como las hidroeléctricas, no se deben crear situaciones o instalar escenarios adicionales a los previstos o establecidos, con los cuales los efectos o consecuencias negativas de estos eventos se vuelvan mayores y los daños sean impredecibles.

–Le preguntaba sobre una eventual obsolescencia del proyecto, pero Ud. incluso agrega que hay factores adicionales o decisiones que aumentan los flancos débiles de la obra ¿A qué se refiere?

–A la sobreelevación del nivel del lago formado por la represa Yacyretá, por ejemplo, donde la operación de este embalse se está realizando en forma irresponsable e indebida, por encima de las cotas o niveles establecidos en el Tratado y en los criterios básicos del diseño del proyecto, con el “afán” de generar más energía, pero bajando el rango de seguridad de funcionamiento del complejo y causando más daños que aquellos que podrían esperarse”.

–Denunciamos, mensualmente, que los responsables de la EBY violan, como si se tratase de lo más normal del mundo, la cota conocida como de diseño.

–El Tratado establece que el nivel del embalse debe ser la cota 83,00 m y la normativa EBY (resoluciones del Consejo de Administración) indica que en condiciones normales el nivel del embalse en el EEP (Eje Encarnación/Posadas) no debe superar la cota 83,00 m. hasta el inicio de operación de la futura represa de Corpus. Lo cual significa (por el efecto remanso) que el nivel en la cabecera del embalse o sea en la central hidroeléctrica (CHY) debe ser 82,70 m.

–Entre el martes y el miércoles de la semana pasada, en las redes y en los medios digitales, pudimos ver que altas olas golpeaban con dureza y hasta rebasaban la presa. ¿Es eso normal ingeniero?

–En los eventos de esa semana (grandes olas del embalse golpeando los muros de la central y los taludes de la presa vistos en las redes sociales), la cota en el EEP estaba en 83,70 m (70 cm más que lo indicado) la cual correspondería a una cota de 83,50 m aproximadamente (80 cm más) en la central.

Se puede pensar que si el nivel del embalse es 70/80 cm más alto, las olas también serían mayores en esa misma magnitud; pero no es eso lo que ocurre en el embalse, porque al operar con niveles entre 50/100 cm mayores que el nivel de referencia, el territorio inundado se hace mayor, con un embalse que aumenta su extensión (un embalse abierto y no encajonado) y los vientos predominantes en una determinada dirección tienen un mayor campo de acción para formar olas más grandes que las previstas, las cuales golpearán las estructuras de hormigón, las compuertas y la protección de taludes de la presa (enrocado “Rip Rap”) del lado del embalse.

Criterios de cálculo, conservadores en el estudio de las olas indican que la altura adicional de las olas es de aproximadamente el doble de la magnitud de la sobreelevación del embalse, con relación a un nivel de referencia. Si este nivel es la cota 83,00 m y con este resultaron olas de 2 m de altura, al sobreelevarse el embalse 0,70 m resultarán olas 1,40 m más altas que las anteriores, es decir, con una altura aproximada de 3,40 m; que coincide con lo observado en el evento pasado, cuando se producían olas mayores a 3 m.

–Sin embargo, de las declaraciones del sbjefe técnico de la EBY, Ing. Gabino Fernández, incluso con estadísticas de la recurrencia de fenómenos de este tipo, inferiríamos que Ud., yo, somos sencillamente unos alarmistas.

–Sobre lo manifestado por el subjefe técnico de la EBY, señalemos que fenómenos de este tipo se están volviendo mucho más frecuentes y usuales que lo que indicó (posibilidad de que este tipo de eventos suceda 1 vez cada 1.000 años).

–Entonces...

–Que no es incorrecto tratar de confundir y engañar a la opinión pública con datos hidrológico-estadísticos que pocos entienden; así como lo están haciendo en el portal eby.gov.py desde el 26.03.13 con la manera de presentar la información del nivel del embalse (falsa transparencia). Aparentemente presentan toda la información pero lo hacen en forma engañosa.

No se comprende por qué afirman eso si la opinión pública, a través de las redes, fue testigo de un evento similar, con grandes olas golpeando las compuertas del vertedero principal solo 15 días antes. También olvidan lo ocurrido en octubre/noviembre del año pasado. Los hechos desvirtúan totalmente este tipo de afirmaciones.

–Fernández se refirió a la altura de las olas provocadas por vientos de extraordinaria velocidad o a la cantidad de agua que cayó en la zona...

–A la lluvia caída y la señalaba como causante de las grandes olas junto con el viento. Eso no tiene ninguna incidencia en la formación de las olas y tampoco esta lluvia afecta a las estructuras de hormigón, ni a la protección del talud de enrocado de la presa en contacto con el embalse. Sí afecta a la protección vegetal de pasto que tiene el otro talud, el de aguas abajo de la presa, ocasionado erosión en varios sectores, pero esto no es tan preocupante. Lo importante es conservar la integridad del talud del lado del embalse (enrocado de tamaño grande denominado Rip-Rap) para que no sea el inicio o la causa (ojalá no) de una ruptura o falla grave y total de la presa que lo lleve al colapso.

–Obviamente, ingeniero, Ud. no vaticina un colapso de la presa, pero tanto va el cántaro a la fuente que al final...

–Reitero, no estamos diciendo que a causa del evento de días pasados ya habrá roturas en la presa de tierra o en las estructuras de hormigón que signifiquen el colapso; pero afirmamos que los daños producidos aumentan los riesgos y disminuyen los factores de seguridad del complejo que se asumieron en el diseño de las diferentes estructuras. No es correcto ni prudente minimizar los hechos y consecuencias, especialmente cuando estos fueron agravados por un escenario ilegal e irresponsable.

–Ninguna represa opera con una cota fija, decía el subjefe técnico de la EBY en el marco de sus explicaciones, ¿acaso justifica con eso la sobreelevación del embalse de Yacyretá?

–Estamos de acuerdo en que el embalse es “difícil” operar a una cota fija y que se lo opera en una banda o franja de operación con límites superior e inferior. Pero la normativa a la que me referí, de “no superar la cota 83,00 eh el EEP” obliga a adoptar como límite superior de esa franja la cota 83,00, y no valores de hasta un metro superior, como se estuvo haciendo en el EEP y en la cabecera del embalse desde febrero 2011, así como lo reconoce el propio subjefe técnico de la CHY.

–¿En un inventario de daños post tormenta, ¿qué otros podemos apuntar?

–Adicionalmente a la acción de las olas del embalse sobre las estructuras hay daños en grandes extensiones de bordes costeros, con acentuadas “erosiones de costa”, que originan reclamos de los municipios con costa sobre el embalse. Asimismo, y como se ha llamado la atención de las autoridades competentes en numerosas ocasiones anteriores; la acción combinada de las lluvias con el embalse sobreelevado causa el mal funcionamiento de los sistemas de desagüe de las ciudades de Encarnación y Carmen del Paraná. En el 25 de abril último ocurrió en un grado tal que el COE (Centro de Operaciones de Emergencia) se vio obligado a hacer un llamado a la población de quedarse en sus casas ante el riesgo que implicaban las aguas acumuladas y raudales en diferentes puntos de la ciudad. Por la misma causa, los arroyos y otros cursos de agua que desembocan en el embalse sobreelevado no podían descargar en forma libre y rápida debido al efecto “represamiento”, aumentando en magnitud y tiempo los desbordes e inundaciones de caminos, cultivos, viviendas y comunidades aledañas.

–Por último, ingeniero, nuestros negociadores, parece, optaron por ignorar que esta sobreelevación, además de los riesgos que Ud. apuntó y advierte, la inundación de una mayor extensión del territorio paraguayo...

–Debemos reiterar con énfasis que esta sobreelevación causa un aumento considerable del territorio paraguayo inundado, mayor que el 80% asumido (sin haberse realizado ninguna verificación conjunta, como corresponde) en la negociación del Anexo “C” del Tratado, razón por la cual corresponde una mayor compensación por territorio inundado a nuestro país, que tampoco fue definida en esta negociación. En esta situación, tendríamos una “conciliación de deudas” incorrecta e injusta, dejando de lado y violando los principios básicos de nuestra soberanía y los intereses nacionales en el proyecto. La pregunta final es ¿qué clase de ordenamiento económico y financiero de Yacyretá le espera al Paraguay con la firma del Acta de Entendimiento que anuncian para este fin de semana?

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