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De acuerdo con los registros de las oficinas argentinas de la entidad binacional, en enero del ejercicio anterior, el SINP (Sistema Interconectado Nacional Paraguayo) cayó de 262.304 MWh (1 MWh = 1000 KWh) en enero a 20.267 MWh en diciembre de 2017.
La única explicación oficial que provino de la administración de la ANDE estuvo teñida de un matiz económico. En otras palabras, les sale más barata la energía de Itaipú.
Sin embargo, no debe olvidarse que el complejo hidroeléctrico de Yacyretá exige a la República del Paraguay enormes sacrificios, tales como el aporte de más del 80% del territorio que inunda su embalse, cuyas dimensiones reales, por insólito que parezca, la administración de turno del país y de la entidad binacional se niegan a actualizar.
Debe destacarse igualmente que la cota del embalse, desde el 2011, año que decidieron elevarla a 83 metros sobre el nivel del mar (msnm), la que llaman “cota de diseño”, la sobreelevación, de hasta 40 centímetros en promedio, pese a los riesgos que entrañaba, fue una constante.
El Tratado, en su Anexo C, establece el pago de una “compensación en razón de territorio inundado”; no obstante, debido a la pertinaz oposición argentina en el seno de los organismos de administración de la entidad binacional, según se pudo saber, este mandato no fue respetado hasta la fecha.
En lo atinente al aprovechamiento de su energía, el balance para nuestro país, propietario por partes iguales del condominio de referencia, el balance es igualmente deficitario.
De los registros de la EBY se infiere que de la producción acumulada de la usina en 23 años, el Sistema Interconectado Paraguayo pudo aprovechar solo el 6,4%; mientras que el argentino disfrutó de la parte del león, 93,6%.
¿Hubo venta de energía? No, solo cesión, a cambio de una pretendida compensación cuyo valor teórico no alcanzaba los US$ 10/MWh, para colmo de males pagados en interminables cuotitas y con atrasos que duran hasta un año y más.
rcasco@abc.com.py