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El plan energético del Gobierno incluye metas que fueron definidas para el corto plazo hasta 2023, el mediano plazo hasta 2030 y para el largo plazo que va hasta el 2040. Entre las líneas estratégicas que se plantean en el corto plazo se incluyen las negociaciones de los términos de comercialización de los entes binacionales hidroeléctricos, en este caso Itaipú y Yacyretá.
Sobre el tema el Ing. Ramón Montanía, técnico del sector eléctrico, destacó que el “superministro” deberá aplicar políticas que puedan lograr una mayor cohesión en el accionar de las instituciones que lo conforman, caracterizadas hoy por un elevado grado de anarquía e incluso indisciplina, sin que el Poder Ejecutivo imponga una nueva estructura en el ya adiposo aparato gubernamental.
Según Montanía, “si bien se observa con cierta simpatía esta pretensión del Ejecutivo, el escepticismo campea porque el coordinador antes que superministro deberá ser ‘superman’ si pretende subordinar, por ejemplo, a los directores de las entidades binacionales y a los presidentes de la ANDE y Petropar”, refirió.
Entre los objetivos en el corto plazo el plan estratégico incluye la promoción de la electricidad en la matriz energética nacional, mediante un programa de movilidad eléctrica en el sector público, y un programa de uso de la electricidad con criterio de seguridad energética.
Asimismo, se contemplan el establecimiento y funcionamiento de la producción y transporte independiente de electricidad, mediante un marco legal que facilite la captación y ejecución de inversiones del sector privado, así como de reglamentos claros para la generación, el transporte y suministro para grandes consumidores.