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Añade que con la existencia de la industria automotriz nacional, los efectos “derrame” se han expandido a diversas empresas anexas, importadoras de productos de la industria metalmecánica que no son fabricados en el país, tales como materias primas, maquinarias de uso industrial, repuestos y accesorios de maquinarias y vehículos, cuyas importaciones mostraron una tendencia creciente en la última década, acompañando la dinámica del sector.
Añade que los efectos derivados de la industria han alcanzado, asimismo, a los prestadores de servicios varios, demandados para el funcionamiento de las empresas del sector (agua, luz, telecomunicaciones, servicios gastronómicos y de seguridad, entre otros).
Agrega que el sector también fue “factor clave” para el desarrollo social del país, especialmente en zonas rurales, donde la motocicleta vino a satisfacer una necesidad básica de “movilidad propia”.