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El estudio del Fondo determina que la dolarización financiera se profundizó en nuestro país en la década de 1990 como resultado de la grave crisis financiera que hizo desaparecer alrededor de la mitad del sector bancario y condujo a que el dólar norteamericano fuera la moneda preferida para minimizar el riesgo de los inversores, tanto para ahorradores como para prestamistas.
Tanto es así, que hacia el 2000, la posición de los ahorristas en dólares llegó al 70% y los préstamos al 60% sobre el total.
En la actualidad, la posición de ahorristas y prestamistas en la divisa estadounidense bajó a cerca del 40%; aún así el nivel sigue siendo alto, según afirmaron los técnicos del organismo internacional en su informe de conclusión.
En la región es superada por Uruguay, que mantiene una posición en dólares del 75% para ahorros y del 55% para créditos, mientras que Perú tiene una posición del 50% en ahorros y 45% en préstamos.
Agregan que la dolarización financiera constituye un motivo de inquietud para las autoridades, porque obstaculiza la conducción eficaz de la política monetaria del Banco Central a las tasas minoristas y, por otro lado, explica la fuerte transmisión del tipo de cambio a la inflación.
Durante la última década, Paraguay experimentó una disminución gradual y sostenida de la dolarización. Sin embargo, en los últimos años, el proceso de desdolarización parece haberse estancado, en parte debido a la apertura y la importancia de la agroindustria en Paraguay (un sector que negocia exclusivamente en dólares), sostiene el documento. Los actuales coeficientes de dolarización de Paraguay dan cuenta de 20% del efecto de transmisión a la inflación causado por los movimientos del tipo de cambio.