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El dirigente explicó que a las industrias que trabajan con un porcentaje importante de materia prima nacional (azúcar, trigo, inclusive la de los jabones) no les afecta, “al contrario”, les ayuda, porque les da mayor competitividad. Agregó que a las que trabajan materias primas e insumos importados y que solo exportan, el precio final del producto siempre acompaña el aumento de costos de las materias primas. “Entonces, tampoco les afecta mucho, considerando que en este momento también hay una bajada de los precios de los comodities, metales como el cobre, el aluminio, el hierro y el petróleo, o sea que allí no cambia la aguja, sigue siendo más o menos lo mismo”, destacó.
Sin embargo, Felippo admitió que al consumidor final, que adquiere mayormente productos importados, sea de Argentina, de Brasil o de otras procedencias, le va a afectar, más tarde o más temprano, porque se cotizan en dólares. “Lo que a nosotros nos puede afectar más es la fuerte devaluación del real brasileño, que acaba de suceder”, dijo. En ese sentido, reconoció que la suba sostenida del dólar en el mercado local puede terminar en una espiral inflacionaria, o sea, si aumentan los costos de los productos importados que forman parte de la canasta familiar.
Preguntado sobre qué tipo de medidas habría que tomar localmente para evitar un impacto muy negativo, el industrial se excusó a dar su opinión, porque se trata de un tema “netamente económico”. “Los teóricos de la economía tienen sus parámetros, aunque yo no creo que se pueda hacer mucho. Lo que siempre hemos reclamado es que si hay variación del tipo de cambio, lo preferible es que sea lenta y paulatina. No se puede frenar por siempre la variación del dólar, porque obedece a factores externos. Lo ideal es que el Banco Central pueda, de alguna manera conseguir que las variaciones del tipo de cambio sean lo más suave posible en el tiempo”, resaltó.
Felippo dijo también que una fuerte reactivación económica, a través de obras públicas, ayudará a mantener a raya (de forma natural) el valor del dólar, que va a ingresar para financiar esas obras de infraestructura.