Cargando...
“En teoría era para aislar la ciudad de la vista del centro de frontera que tenía previsto erigir galpones y les parecía feo”, agregó en referencia a la decisión del anterior directorio de Yacyretá, de levantar la polémica obra, la que costó más de 50 millones de pesos en 2015 (unos G. 1.750 millones). “Para mí, es un disparate”, reiteró Schiavoni, en torno de la pared de 1.300 metros de extensión y 5 metros de altura. Seguidamente, recordó que al asumir su cargo como nuevo titular de la binacional el año pasado, su primera intención fue “tirarlo o por lo menos bajarlo un poco”. “El problema es que sale mucha plata por lo que resulta difícil justificar que lo construiste y lo tiraste, cuando hay tantas otras cosas para hacer”, expresó.
En ese sentido, manifestó que la EBY mantiene en pie su proyecto de “abrir el paso al acceso sur por donde se encuentra un portón y eliminar parte del cuestionado muro en el puerto posadeño”. Añadió que el proyecto de la gestión anterior era hacer un túnel que saldría más dinero público. “Algo mejor puede quedar y vamos a llamar a concurso de murales para mejorar un poco este entorno de hormigón oscuro, que tapara la vista al hermoso Paraná”, concluyó.
El muro en cuestión separa, física y visualmente, el área verde de la costanera de Posadas con lo que es el acceso vial al puente internacional.
Actualmente los usuarios deben realizar un largo recorrido de más de tres kilómetros desde la cabecera del puente San Roque hasta cercanías del puente sobre el arroyo Zaimán, hecho que genera quejas debido a la gran distancia que se deben recorrer para entrar o salir del centro de Posadas.