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“La denominación de origen que otorgará Dinapi es como darle un certificado de nacimiento a un producto, que demuestra que es paraguayo, y es el primer paso para que la comunidad internacional lo acepte”, explicó. Será el primer producto paraguayo con denominación de origen, impulsado por las gestiones que inició el gremio de la Capaste desde el año 2005, aunque a nivel de Propiedad Intelectual, recién hace seis años.
Destacó que gracias a la gestión del ministro (interino) de Agricultura y Ganadería, Mario León, finalmente será una realidad, dijo. Sobre la implicancia del hecho, explicó que un producto con denominación de origen genera confianza entre los consumidores y da valor agregado, lo que permitirá mejores precios.
Barboza recordó que hace tres años, cuando estuvo en Bruselas (Bélgica) para conversar con las autoridades de la Unión Europea sobre este asunto, los mismos le señalaron que solo esperaban que el rubro tenga su denominación de origen paraguayo, para que ellos lo puedan inscribir.
Descubrimiento
En 1899, el sabio suizo Moisés Santiago Bertoni descubrió el ka’a he’ê y lo clasificó botánicamente. El agrónomo Juan Aranda y su esposa Vera Bertoni establecieron los primeros métodos de multiplicación. El doctor Ovidio Rebaudi comenzó los primeros trabajos del conocimiento químico de la planta; esto le valió su nombre en los principios aislados. Posterior, en 1960, el doctor Luis Enrique de Gásperi, en Sepingo Cañada, Horqueta, estableció el primer cultivo comercial de este rubro, con más de 70 hectáreas.
En 2008, el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA) reconoció en su reunión 69, que el componente activo del ka’a he’ê es inocuo.