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La compra de inmuebles por sí sola no resuelve el problema de “sintierras” en nuestro país, sino que con ella recién comienza una posible solución. Así lo afirmó ayer el gerente de créditos del Indert, Carlos Soler, en conversación con nuestro diario.
A pesar de eso, de acuerdo con lo indicado, en el Congreso existen 90 proyectos de ley de expropiaciones pendientes de tratamiento, que de llegar a la promulgación estaríamos hablando de una millonaria carga para el Estado paraguayo.
Soler explicó que existen deudas contables y no contables dentro de esos US$ 150 millones, que al cambio actual estaríamos hablando de unos 765.000 millones de guaraníes. “Pasivos contables son los que pasan a formar parte de la deuda del Indert, tras ser aprobados por la junta consultiva. No contables son los que todavía no fueron aprobados pero que existen en proyectos de expropiación”, subrayó.
Según lo destacado por el gerente del ente rural, quien fue diputado en periodos pasados, es muy fácil para un legislador ir a un asentamiento de “sintierras” y prometer un proyecto de ley de expropiación. “Implica escribir dos páginas y ya está. No hace falta de la firma de otro legislador. Con una basta. Pero solo con la tierra no se soluciona el problema. Allí se inicia todo, porque lo que se necesita es la presencia del Estado, que lleva su tiempo y también un trabajo conjunto”, apuntó.
Asimismo, añadió que, en lugar de procurar inmuebles para el “campesino sin tierra”, se debería pensar en el “agricultor sin tierra”, pues el Estado tiene compromiso solo con los compatriotas que estén dispuestos a ocupar y trabajar la propiedad, ya que esas son las exigencias establecidas en el estatuto agrario.
Las cifras del sector
No existe un dato oficial sobre cantidad de “sintierras” en nuestro país.
Según el Indert, la cifra no pasa de 100.000 familias campesinas; asociaciones de labriegos hablan de 300.000, mientras que la Unión de Gremios de la Producción (UGP), de 50.000.