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La intervención se realizó en la tarde de ayer y estuvo encabezada, además del director de INTN, por la directora de metrología Celeste Cámeron, el asesor jurídico Víctor Estigarribia y técnicos de la institución.
En dicha estación de servicio, propiedad de Felipe Yore, se encontraron dos picos expendedores fuera del rango permitido.
El resultado arrojado marca técnicamente en la carga rápida menos de 100 y en carga lenta menos de 130. Con esto se expide menos combustible de lo que marca la máquina y de lo que se cobra al cliente, en vez de 20 litros arroja 19,990 en la variedad “súper aditivado”, y en 20 litros la cantidad resulta 19,995 en la variedad “especial aditivada”. Es decir, que de cada G. 100.000 abonado por el carburante el consumidor solo recibe por G. 93.000, una diferencia de G. 7.000. “En montos individuales es muy poco, pero si sumás por la cantidad que venden, las cifras cambian radicalmente. Esto es una estafa y ahora se procederá a clausurar los dos picos en los que se constataron las irregularidades”, dijo.
Explicó, además, que por esta infracción el propietario deberá pagar una multa de unos G. 2 millones para volver a habilitar los dos picos clausurados.
Además, se tomaron muestras de las diferentes variedades de carburantes para determinar su calidad y la pureza. El resultado se conocerá en 72 horas.
Morínigo comentó también que durante varias intervenciones se constató incluso la mezcla de combustible con agua y anilina. Esta situación repercute directamente en el consumidor final, que sin conocimiento carga un carburante de mala calidad en su vehículo, por lo cual insta a la ciudadanía a denunciar las posibles irregularidades.