Desventajas del impuesto a la renta personal

El proyecto de ley de reordenamiento administrativo y adecuación fiscal que el Congreso deberá aprobar en los próximos días por decisión política de sus líderes, sin haberlo estudiado y a fin de cumplir con los plazos del FMI, no constituye un esfuerzo por mejorar y adecuar el actual régimen tributario, como era de esperar ante la urgencia del caso, sino que representa una reforma radical del sistema tributario, reforma considerada por los propios proyectistas como "la más importante de toda la historia tributaria de nuestro país".

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Esta experimentación, en un país que arrastra cinco años de recesión, fácilmente podría paralizar la producción, especialmente en el sector primario, y de ese modo, profundizar la desocupación y miseria.

Entre otros cambios, este experimento tributario creará el impuesto a la renta personal (IRP), un impuesto enteramente extraño a la tradición nacional y a la administración tributaria. En casi 200 años de vida independiente el país nunca tuvo un impuesto parecido. La intención del IRP, reconocen sus proyectistas, no es la recaudación, dado que podría resultar que su costo de administración sea mayor que su ingreso. Además admiten que Paraguay es apenas una economía de subsistencia. El propósito, aseguran, es crear un incentivo para que los contribuyentes del IRP (unas 20.000 personas) demanden boletas legales al comprar y vender bienes y servicios. ¿Qué diferencia pueden hacer 20.000 personas sobre una evasión estimada en el 70%?

Es incomprensible que los proyectistas, en lugar de crear el IRP que multiplicará la burocracia, los trámites y la complejidad del sistema tributario, no hayan decidido incorporar al régimen vigente los distintos métodos y tecnologías disponibles para combatir la evasión. La evasión en el IVA, el impuesto de mayor importancia fiscal, se ha estimado en cerca de 50%. Por ende, un aumento de la tasa del IVA del 10 al 15%, junto a medidas innovadoras que incentiven a las personas a exigir facturas legales, permitirá al Gobierno cumplir con creces sus metas de aumentar las recaudaciones, equilibrar el presupuesto, lograr un superávit fiscal y reducir sustancialmente la informalidad, sin necesidad de crear el IRP, eliminar el IMAGRO o extender el IVA a los productores agropecuarios.

ALGUNAS OBJECIONES

Por razones de espacio, mencionaremos siete objeciones a la aplicación del IRP.

Primero. En economía el IRP es considerado el peor de los impuestos porque resta incentivos al ahorro, la inversión y producción. A más del problema de la doble tributación, su costo real es elevado. A la carga tributaria se debe agregarle el costo de guardar las boletas, preparar declaraciones juradas, la contabilidad, los abogados, los errores, juicios y penalizaciones. Por eso, en todas partes la competencia tributaria global está llevando a los países a pasar de los impuestos directos (impuesto a la renta) a los indirectos, como el IVA, a fin de promover el ahorro, la inversión y el crecimiento. La diferencia entre los ingresos y los egresos que tributará con una tasa del 10% en el IRP constituye el ahorro e inversión que mueve las economías.

Segundo. El IRP es injusto porque castiga no a los más ricos sino a los más productivos, y penaliza no el consumo de riqueza sino la producción. El que produce ya aporta algo muy importante a la sociedad: su trabajo y la creación de empleos. Pero el IRP le exige un nuevo aporte: el diezmo. Es un error pensar que afectará solamente a los que tienen elevados ingresos. El proyecto establece que para el primer ejercicio pagarán los que ganan 10 salarios mínimos mensuales. Pero ello se reducirá a 3 salarios mínimos "en un lapso no mayor a cinco años". Es un impuesto que afectará a la clase media destruyendo su capacidad de ahorro e inversión y, en especial, a los asalariados quienes no podrán esconder sus ingresos.
Tercero. El IRP es un impuesto que cada vez será más complejo y se prestará a maniobras por grupos de presión, como ocurre en otros países donde las normas reglamentarias tienen miles de páginas y privilegios especiales. Los ciudadanos están obligados a conocer y cumplir las leyes, pero, ¿cuántos podrán entender las complicaciones del IRP? En la valoración del patrimonio, ¿se considerará la inflación? ¿Se utilizarán valores fiscales o valores de mercado? Esto último también afecta el pago del IRP sobre las ventas de inmuebles con una renta presunta del 30% de su valor. Los más pudientes tendrán su contabilidad personal y el asesoramiento de especialistas. Para el asalariado común la presentación anual de su declaración jurada y la recolección de facturas válidas será una carga adicional y un riesgo de cometer errores.

Cuarto. El IRP no es el instrumento más adecuado para combatir la evasión y corrupción. El problema de la informalidad y la corrupción es distinto a la cuestión fiscal y debe combatirse en sus raíces: el estatismo. Mientras el Estado intervenga en la economía manteniendo sectores monopólicos y grupos privilegiados, mientras existan trámites burocráticos complicados y costosos para legalizar los negocios y los funcionarios tengan el poder de decidir sobre la inversión, el comercio y la producción, habrá coimas, corrupción e informalidad. El IRP no va a solucionar la informalidad ni la corrupción, como no lo ha hecho en ninguna parte donde se lo aplica desde hace décadas. La informalidad terminará bajando sustancialmente los impuestos y los costos de legalización y haciendo más conveniente pagar tributos que coimas.

Quinto. Las declaraciones juradas del IRP no servirán para detectar el enriquecimiento ilícito. Los gobernantes corruptos no invierten en sus países. Guardan los sobornos en los paraísos fiscales. Las transferencias de coimas jamás pasan por los países afectados. No obstante, los funcionarios de menor cuantía utilizarán el nuevo servicio que se creará con el IRP: el lavado de dinero local. Así, surgirán transacciones, negocios o empresas que pagarán sus impuestos, que harán importaciones - exportaciones al solo efecto de blanquear el dinero de la corrupción que luego engrosará sin problema alguno el patrimonio de los delincuentes en el IRP.

Sexto. El IRP se presta fácilmente a ser instrumentado para la persecución política de los adversarios del régimen. Cada año el IRP investigará a fondo, por sorteo, solo a unos pocos contribuyentes. Pero entre los que serán investigados sin duda estarán sobre todo los oponentes de los gobernantes de turno. Esto es más difícil que ocurra en países que cuentan con un estado de derecho arraigado, aunque siempre se cometen abusos, pero es casi seguro que ello ocurrirá en Paraguay. La creación del IRP preparará el terreno para toda forma de abusos y extorsión contra las personas. El Gobierno exigirá a los ciudadanos entregar todo tipo de información personal sobre sus finanzas y la de otros ciudadanos. El IRP, a diferencia de otros impuestos, será un elemento temible en manos de gobiernos opresivos.

Séptimo. El problema principal del IRP no es económico, sino que afecta a los derechos individuales e invade la privacidad de las personas. El Estado servidor se torna en patrón, y el ciudadano en su sirviente, a quién tiene que rendir cuentas del fruto de su trabajo. En este sentido, el presidente Jimmy Carter dijo que el IRP norteamericano era "una desgracia para la raza humana". La administración tributaria podrá revisar los documentos privados de las personas, sus cuentas bancarias, hipotecas, inversiones y patrimonio (y darlo a publicidad) sin tener que demostrar que existe una causa probable de evasión y sin requerir de una orden judicial, en lo que se conoce como el "poder de inquisición". Los legisladores que por la Constitución están obligados a la declaración jurada de sus bienes no han permitido la publicidad de las mismas.

DESVENTAJAS IMPORTANTES

Muchos están convencidos de que el IRP tiene desventajas importantes, tales como ampliar la estructura burocrática incrementando el gasto público, el clientelismo y la corrupción. Y también es opresivo dado que su cobro permite violar la privacidad de las personas. Reconocen que resta incentivos al trabajo, el ahorro y la producción y que, además, podría resultar injusto dado que no pagan los que más riqueza tienen. A pesar de ello lo defienden porque piensan que es lo único que podría acabar la enorme y calamitosa informalidad. Están equivocados. Es el mismo error que han cometido los proyectistas de la adecuación fiscal al proponer la creación del IRP como método eficaz para combatir la evasión del IVA.
Prueba palpable de ello es el sistema tributario de Uruguay que no tiene impuesto a la renta personal (IRP) y, sin embargo, tiene la más baja evasión del IVA de Sudamérica después de Chile, pese a que la tasa es de 23%. En Uruguay, al igual que en nuestro país, los impuestos indirectos como el IVA constituyen la principal fuente de recaudación. El sistema busca reducir los impuestos que inciden sobre la producción, el trabajo y el ahorro. La equidad radica en que pagan más los que tienen más y consumen más, no los que producen más. Los más pudientes tributan un impuesto al patrimonio con tasas de hasta el 3%. ¿Cuál es el secreto de Uruguay? Es uno de los países de menor corrupción del continente.
La solución del problema fiscal paraguayo requiere por ende combatir la corrupción en la administración tributaria. El sistema que ha enriquecido a numerosos funcionarios defraudando la Ley 125/91 hará exactamente lo mismo con el nuevo régimen tributario, terminando por castigar una vez más a los mismos contribuyentes si no se modifica la vieja cultura del "trámite y la coima", profundamente arraigada en el aparato estatal.


Próxima entrega: Desventajas del IVA agropecuario.
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