Cargando...
Sin embargo, destacó la oportunidad que eso significa para los desarrolladores inmobiliarios, dado que la cantidad indicada necesitará un lugar donde vivir.
Ávalos observó que para que se cree la oferta, es necesario que exista un incentivo del Estado, tal como sucedió en Uruguay. “(Daniel) Porcaro dijo que con US$ 290 millones de apuesta del Estado, se generó un negocio de US$ 1.500 millones”, comentó.
Sugirió que si el Estado dejara de percibir todo lo que implique impuestos en un proyecto, que totalizan aproximadamente un 17%, en donde se hayan invertido US$ 10 millones, el gobierno podría apostar con US$ 1.700.000, y eso permitiría que se baje el precio del inmueble para que el consumidor final tenga acceso a una vivienda que hoy no puede comprar, porque los precios de esas mismas unidades cuestan US$ 1.200 el m², en tanto que sin todo ese impuesto, llegaría a US$ 800 el m².