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La familia de Norma Ojeda reside sobre la Vía Férrea desde hace más de 50 años, según explicó. Desde que se iniciaron las obras de la avenida Ñu Guasu su vivienda soporta las vibraciones, producto del paso constante de las máquinas, y la permanente polvareda.
En diciembre de este año ella y los otros dos vecinos de esa cuadra que están afectados por el proyecto recibieron la visita de tasadores del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) que debían hacer una avaluación de las propiedades a los efectos de la indemnización. Nunca más volvieron.
Las obras se reiniciaron hace más de 15 días, tras estar suspendidas justamente por el problema de la falta de liberación de la franja.
El dilema fue resuelto solo en cuanto al predio de Ferrocarriles del Paraguay (SA) y de las Fuerzas Armadas, con los cuales se llegó a un acuerdo, aunque no así con los vecinos afectados.
Ojeda dijo que temen que se expropien sus viviendas y en contrapartida no reciban la indemnización justa que les corresponde.
Acerca de la obra
La obra de la autopista Ñu Guasu está plagada de imprevistos que obligaron a un reajuste del presupuesto.
Recientemente la empresa fiscalizadora contratada por el MOPC anunció que será necesario reajustar su precio en un 15%. Lo que significa que el tramo 1 pasará de costar G. 112.000 millones a 129.000 millones. para el tramo II ya están estudiando también los reajustes.
La construcción del citado tramo es responsabilidad del consorcio formado por las empresas Tecnoedil (Roque Ardissone), Heisecke SA (José Luis Heisecke) y Ocho A (Luis Pettengill).
Hace poco más de una semana el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) había anunciado en una reunión con la prensa que estaban decididos a continuar y a terminar la obra de la autopista Ñu Guasu a pesar de las incorrecciones iniciales del proyecto, que han hecho que el emprendimiento tropezara con múltiples obstáculos, no superados totalmente hasta hoy.