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El informe del gremio ganadero, divulgado en su página web, señala que esa actividad es una rutina insensible y cruel que priva de futuro a miles de paraguayos y genera beneficios ilegales compartidos con aserraderos clandestinos multiplicados como hongos ante la ausencia del Estado.
Refiere que añosas y apreciadas especies de árboles de valor incalculable son tumbadas para aprovechar el valor económico de la madera, mientras los dueños de aserraderos celebran el negocio y las autoridades asumen la situación como “hecho normal”, en una supina muestra de inoperancia y falta de patriotismo por defender un recurso de valor universal.
Dice que los falsos campesinos sin tierra arrasan impunemente y tumban sin piedad bosques de valor incalculable. Lamenta que las evidencias de despojo presentadas caen en saco roto y que el predominio de la ilegalidad burla el Estado de derecho en el predio de Agroganadera Pindó SA, ubicada en Ybyrarobaná, Canindeyú. Los ocupantes del predio son campesinos de la Organización de Lucha por la Tierra (OLT).
Expresa que en el citado “territorio liberado” existen guardias civiles armados que impiden el acceso, y creen que entre 5 y 10 hectáreas de bosques son depredadas diariamente, como parte de la rutina de dominio sobre la propiedad privada, que incluye prácticas de abigeato y cultivo de marihuana.
Según la ARP, las órdenes de desalojo “se han convertido en hazmerreír de los invasores”, quienes, agrega el gremio, conocen a la perfección acerca de esquemas exitosos de saqueo y pueden anticipar con precisión la mansedumbre y sumisión de la Policía a los intereses de quienes, en un país serio, hace tiempo hubieran estado presos por un rosario de delitos contra el patrimonio público y privado.
Se trata de 3.203 hectáreas. Antes de la invasión contaba con 36 especies de flora, 27 de mamíferos, 6 de anuros (sapos y ranas que indican la calidad del agua) sin categorización, 15 especies de reptiles y 121 especies de aves, que están en peligro de extinción.
Rico por su biodiversidad
El hábitat de Pindó es considerado como extremadamente rico por su biodiversidad, e incluye recursos hídricos como nacientes, rodeados de paisajes naturales y belleza escénica. El informe de la ARP expresa que técnicos medioambientales no dudan en adelantar el futuro en Pindó como el “triste recuerdo de una época de esplendor con desarrollo productivo que en una noche pasó a manos de personas que reivindicaban el derecho a la vida digna, pero que en la práctica demuestran que han sido adiestradas para vivir al margen de la ley y el orden, pisoteando el Estado de derecho y ninguneando flagrantemente a todos los que no sean considerados “compañeros y compañeras”.