De un plumazo incrementaron casi 70% la cantidad de pobres extremos

La cantidad de pobres extremos rurales en Paraguay fue incrementada de un plumazo cerca del 70% con el cambio metodológico introducido en el 2008 por la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC), al saltar la antigua línea desde un 18,3% hasta el 30,9%, según el Dr. Wagner Enis Weber, investigador de la Fundación Getulio Vargas.

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La antigua línea de medición de la pobreza extrema en el área rural del país refleja porcentajes menores en el periodo comprendido desde 1997 hasta el 2008 (ver gráfico) a los encontrados posteriormente con la modificación en el método de medición y que consistió simplemente en aumentar el precio de la canasta básica de alimentos y la canasta básica de consumo para el área rural y reducir el de las canastas para el área urbana. En el periodo del 2008 al 2009 se incorporó un cambio cuando en el área rural el precio de la canasta de alimentos para calcular la pobreza extrema se pasó de G. 49.000 por persona a G. 67.000. La variación hecha por la DGEEC significó una modificación sustancial en la metodología y aumentó en casi 40 por ciento el costo de la canasta que se toma como referencia para medir la pobreza, lo cual distorsionó completamente la cifra.

Así, con la antigua línea de medición de la pobreza extrema en el área rural se reflejaba que en el 2008 solo 18 de cada 100 personas eran pobres extremos, mientras con el nuevo método se registró un enorme salto a 31 personas por cada 100 que vivían en ese incómodo segmento social. En el 2007, del 24,4% se incrementó al 34,0%; en 2006 pasó de 26,3% al 35,9%; en el 2005, del 20,8%, al 24,3%; en el 2004 la pobreza extrema rural aumentó de 22,8% al 26,2%; en 2003, del 28,7% al 31,2%; en 2002, del 31,1% al 39,2%; en el 2001 pasó del 25,6% al 28,2%; en 1999 del 26,5% al 31,4%, y entre 1997 y 1998 aumentó del 28,9% al 32,0%, según la comparación realizada por el economista Weber.

En Paraguay se parte de una base establecida en 1997/1998, cuando se hizo un trabajo llamado Encuesta Integrada de Hogares, en que la DGEEC tomó los datos de las familias para determinar cuál era el consumo típico, tanto de alimentación como de vestimenta y demás, el peso de cada componente en el gasto familiar y el costo que este consumo tenía. A partir de ahí se fijó un costo de una canasta de alimentos y de una canasta de consumo para Asunción y su área metropolitana, otro para interior urbano y otro para área rural.

Para Weber, el ajuste realizado por la DGEEC es engañoso. Cada año se mide la pobreza total y la pobreza extrema con las Encuestas Permanentes de Hogares (EPH) en el área metropolitana, en el interior urbano y en las áreas rurales, considerando el costo establecido en la Encuesta Integrada de Hogares de 1997/98, con una actualización conforme al Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Banco Central del Paraguay, que es donde radica parte del problema.

El inconveniente surge, en primer lugar, porque el IPC se calcula con una encuesta que se hace solo en el área metropolitana, pero la DGEEC lo utiliza para actualizar los precios de todo el país. En segundo lugar, porque la DGEEC toma el IPC general para ajustar el precio de la canasta de alimentos, con lo cual se les imputa a los alimentos la inflación de otros rubros, explicó.

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