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Hace un año y ocho meses, la actual administración del ente agrario, presidida por Justo Cárdenas, determinó el traslado de los campesinos que estaban asentados en Ñacunday, Alto Paraná, en una propiedad registrada a nombre de Tranquilo Favero, muy cuestionada por tener un aparente origen ilegítimo. De ese modo, unas 500 familias fueron llevadas en la promocionada colonia Santa Lucía, ubicada en el distrito de Itakyry del mismo departamento.
A fines del año pasado, Cárdenas publicó una serie de avisos publicitarios sobre los “logros” de su gestión y entre ellos, citó el caso de Santa Lucía. Incluso, distribuyó una revista a todo color con el tema exclusivo de esta colonia, con la foto de Horacio Cartes en las primeras páginas, imágenes de niños sonrientes y familias posando convenientemente para las cámaras del ente público.
“Vida digna tras años de abandono”, “viviendas modernas con dos dormitorios”, “agua potable es vida”, son algunas frases que se pueden leer en grandes títulos de la mencionada revista. En las páginas centrales del material, nuevamente aparece la imagen de Cartes en una visita realizada a la colonia. En la fotografía, el mandatario aparece abrazando a una señora de apariencia sencilla y en otras tomas está saludando a los pobladores, mostrando una gran sonrisa.
Sin embargo, pese a la propaganda del ente agrario sobre el desarrollo y la felicidad en el lugar, los campesinos reubicados siguen disconformes, esperando que Cárdenas cumpla las promesas hechas hace casi dos años. Es que hasta ahora, el Indert no distribuyó las tierras para cultivo de renta de los pobladores, es decir, la gente del lugar no tiene fuente de ingreso.
Juan Noguera, líder campesino, informó que los lotes de 5 Ha por familia aún no fueron entregados y que Cárdenas prometió hacerlo en febrero próximo. Caso contrario, hay quienes incluso analizan volver a Ñacunday.