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En opinión del Gral. (R) Juan Antonio Pozzo Moreno, la decisión asumida por el Ministerio de Minas y Energía del vecino país demuestra la tesis de que Brasil no está en condiciones de retornar su energía a Paraguay. “Todos los planes, discursos, proyectos, hechos en función a la disponibilidad energética es como mínimo mentiroso, habida cuenta de que Brasil no va a apagar su luz para prender la nuestra”, señaló Pozzo.
Agregó que una política energética realista sería conseguir que Brasil pague un precio justo por unos 38 millones de MWh anuales que le cede obligatoriamente nuestro país, unos US$ 3.000 millones, que descontados los US$ 300 que nos paga el Tesoro brasileño como compensación dejaría una diferencia favorable al Paraguay de unos US$ 2.700 millones, aseguró.
Por su parte, el Ing. Hugo Lesme, exasesor de la ANDE, se mostró un tanto escéptico ante la propuesta de la firma Mercosul Energy. “Al señor Sergio Paulo Soares (director presidente de la firma) le diría, en principio, que Paraguay aún no cuenta con Política Energética, motivo por el cual mal podría el Gobierno brasileño interferir en algo que no existe”, señaló. Añadió que la propuesta debería ser estudiada con atención, “pues muchos de los que han venido a proponer negocios con nuestra energía hidroeléctrica, en realidad venían a aprovecharse de la misma en total beneficio propio”, alertó el especialista.
Según Soares, desde el 2012, la comercializadora de energía Mercosul Ltda. realiza gestiones ante el Gobierno brasileño para importar energía eléctrica de la central Acaray; sin embargo, la autorización le es denegada con la excusa de que se podría alterar la energía disponible de Itaipú. La firma dijo estar dispuesta a vender la energía eléctrica del Paraguay a precios de mercado en el Brasil, que hoy están a R$ 388.00 MW/hora, unos 118 US$/MWh.