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Según el especialista, Paraguay dio un salto muy importante en la materia frente al esfuerzo que están realizando otros países en la región. Una de las cosas que facilitan esta propagación de la alfabetización financiera es que es un país pequeño y con una población más reducida, indicó.
Como todos los años, Panasiuk, quien es autor de varios libros sobre el tema (“¿Cómo llego a fin de mes?”, “¿Cómo salgo de mis deudas? y “¿Cómo compro inteligentemente?, entre otros), brindó recientemente una serie de conferencias a educadores y estudiantes en distintos puntos del país, y anunció que se renovó el convenio entre la Fundación Principios de Vida y el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) para seguir con esta educación financiera por cinco años.
Maestros en rojo Entre las experiencias recogidas del trabajo con los docentes, resaltó que cuando iniciaron el proyecto se encontraron con que había más de 12.000 docentes que no cobraban sus haberes por el exceso de deuda, por lo que rápidamente comprendieron que había una necesidad urgente de llegar primero a los educadores que estaban ahogados en deudas.
Detalló que justamente hay muchas experiencias de docentes que lograron sanear sus finanzas y que hoy están transmitiendo esos conceptos a sus alumnos. “A la vez los chicos comparten los principios con sus familiares y se genera un doble impacto”, sostuvo Panasiuk.
Los chicos reciben como obsequio el libro “¿Cómo llego a fin de mes?” y un manual tutorial para desarrollo en clase. Se han distribuido unos 120.000 ejemplares como aporte a la alfabetización financiera de Paraguay”, acotó el experto.
Arma de doble filo
Panasiuk advirtió sobre los efectos de esclavitud que generan las deudas tanto en el plano particular como a una nación. “Al parecer, hay un esfuerzo global por endeudar a nuestros países, y hay que ser muy cuidadoso en esto”, afirmó. Para él, en algunos casos la deuda puede funcionar, como en proyectos que van a generar ingresos (construcción de caminos), ya que eso mueve la economía y si a la economía le va mejor, se va recibir más impuestos para pagar la deuda.
Pero, recomendó tener cuidado con aquellas deudas que no generan ingresos y que pueden terminar castigando a las próximas generaciones. “No digo que toda deuda esté mal, sino que tenemos que ser sabios y asegurarnos que el dinero trabaje para nosotros, y no al revés”, dijo finalmente.