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El estudio abarca el período comprendido entre 2009 y 2016 y rescata que, por ejemplo, en 2010 esta energía representó el 27,50% del total suministrado a nuestro sistema por Itaipú.
En ese lapso sobresalen otros picos, como los que corresponden al 2009, con un 24,78% de uso de la energía barata; 2011, con 20,78%; 2012, con el 20% y 2013, con el 18,49%.
La curva descendente del aprovechamiento de esta categoría de energía, cuya legalidad es cuestionada en los círculos de especialistas de nuestro país, arranca en 2011 un con 20,78% hasta caer al 3,06% en 2016.
La curva en cuestión no es un simple capricho estadístico, para la empresa eléctrica estatal se traduce en mayores costos, que su actual administración no titubeó en descargar sobre las espaldas de sus usuarios el 20 de marzo pasado.
“Resulta incomprensible que en un solo año el monto pagado por la ANDE a Itaipú se haya incrementado más de 20% (en 2014) y desde el 2013 al 2016 se haya acrecentado en 34% en total, perjudicando la rentabilidad de la ANDE”, comenta el ingeniero Encina.
El técnico compatriota apunta asimismo que en 2009 el monto de la factura que la binacional remitió a la ANDE fue de US$ 209.600.000; US$ 320.400.000 en 2014 y US$ 367.604.523 el año pasado. Destaca que el salto entre la factura de 2013 y de 2014 fue del 20,13%.
La ANDE, mediante un acuerdo operativo con Eletrobrás que data del 2002, tiene prioridad para usar esta energía. Entonces la conclusión que cae por su propio peso es que hubo una pésima contratación de la que no se percataron los responsables de la ANDE ni los directores paraguayos de Itaipú.